La Tebeoteca de David y Auria Rubín @davidrubin @autoresdecomic latebeoteca.es

David Rubín es una fuerza de la naturaleza de nuestro cómic. Un infatigable creador que compagina su trabajo en el complicado mercado editorial americano con series como Rumble o Ether con producciones en las que demuestra su compromiso con el cómic autóctono como Gran Hotel Abismo. Pero los autores son primero lectores, como nos demuestra Rubín, en su entrevista más íntima. Un repaso a su vida como lector y la influencia que ello ha ejercido en su trabajo y vida y, ahora, como padre.

¿Cuál fue el primer tebeo que recuerdas haber leído?

No recuerdo exactamente cuál fue. Lo que sí sé seguro es que era un tebeo de superhéroes que es lo que llegaba a los kioscos en aquella época. Lo que sí recuerdo es la primera vez que mi familia tomó conciencia de que sabía leer y fue gracias a un tebeo. Fue un tebeo de Los 4 fantásticos, no recuerdo si de John Byrne o de Jack Kirby. Mi padre me empezó a escuchar recitar los bocadillos en voz alta. Se puso por detrás de mi hombro sin decir nada y vio que lo que decía se correspondía con lo que estaba escrito. Es algo que siempre me han recordado y me parece una anécdota bonita que muestra mi amor por la lectura desde siempre.

¿Y el primero que has comprado?

Hubo muchos tebeos que quise comprar pero no tuve un duro. Me buscaba la vida para leerlos en la librería o el kiosco sin comprarlo. Iba varias veces y me los iba leyendo a tandas por ejemplo.

Lo que sí recuerdo fue cuando conseguí comprarme el Regreso del Caballero Oscuro, el DK1 de Frank Miller. Recuerdo que era la feria del libro en Ourense, mi ciudad natal. Entonces no había librerías de cómic ni nada. Llegaban las grapas pero ediciones tan cuidadas eran difíciles de conseguir. Eran ediciones caras. El tebeo valía 1.600 pesetas y yo no había visto nunca tanto dinero junto. Me acuerdo que en la feria del libro siempre había una caseta de una librería especializada, la librería Paz. Traían un montón de tebeos. Veías un montón de cosas que no podías ver el resto del año en la ciudad. Recuerdo que desde un mes antes me puse a ahorrar porque quería ese tebeo. Llegó la feria. Me busqué la vida toda la semana para conseguir el dinero haciendo recados pero aún no tenía suficiente.

Era el último día de feria y volvía a casa en bici sin habérmelo podido comprar. Estaba jodido porque me faltaban 500 pesetas. Tenía monedas de todo tipo. Todo quincalla. Casi llegando a mi casa vi algo que brillaba en el suelo: era una moneda de 500 pesetas. Ni me lo pensé. La guardé en el bolsillo y fui pedaleando a toda prisa a la otra punta de la ciudad, que es donde estaba la feria. Justo llegué cuando estaban cerrando el stand. Solo les quedaba un ejemplar. Puse todas las monedas en el mostrador y el hombre estuvo contando todo como veinte minutos. (Risas). Así me fui feliz a casa con el tebeo debajo del brazo.

¿Mantienes los tebeos que te enamoraron de pequeño?

Sí, la mayoría de los tebeos los mantengo. Tanto en mi infancia como en mi adolescencia hemos tenido muchas mudanzas por el trabajo de mis padres y siempre se pierden cosas. Muchos de los que perdí los he ido recuperando gracias a Internet, el mercado de segunda mano o nuevas ediciones que van sacando. Otros los mantengo tal cual en esa primera edición de entonces

¿Cuál es tu Rosebud particular?

Hay muchos que me han marcado de un modo u otro pero recuerdo otro tebeo de Miller. Tendría yo 15 años y en Ourense tenían los seis números de Ronin, los que sacaron en grapa. No tenía dinero así que iba todos los días a esconder los ejemplares debajo de otros cómics para que nadie se fijase en ellos mientras iba reuniendo la cantidad para comprarlos. Me marcó mucho ese tebeo. No se parecía a nada que hubiese leído antes. Mezclaba un montón de influencias de cómic americano, europeo como Moebius o Bilal que aún no conocía y con manga japonés que aún no se publicaba. Ver todo eso mezclado siendo una obra de autor como lo hizo Miller me pareció totalmente novedoso y genial. En parte por eso y en parte por lo que me costó conseguir el dinero y por ir todos los días a esconder esos tebeos, que siempre volvían a estar a la vista, le tengo un gran cariño. Cuando por fin conseguí los tebeos fue para mí una liturgia degustar esa noche la obra que tanto me había costado conseguir y de la que tanto había oído hablar de otros colegas más mayores. Creo que es una obra que, por sus propios valores, me ha marcado aunque no me haya dado cuenta hasta años después, cuando empecé a ganarme la vida como dibujante de cómics.

¿Cómo organizas tus bibliotecas? ¿Por colecciones, por autores, por formatos?

Me organizo de un modo emocional. Dedico estanterías enteras a un autor completo aunque los formatos sean distintos. Otras veces por géneros… Es un poco caótico pero yo me entiendo. Es más emocional que lo habitual en el coleccionista típico. Tengo más cerca y más a mano las cosas que más consulto. Hay grandes cómics que no reviso con tanta frecuencia y no están tan a la vista.

¿Las estanterías se adaptan a los formatos de los tebeos o al revés?

Por ahora me tengo que buscar la vida con las de Ikea porque no soy carpintero. Lo que parece es que crecen en función de los tebeos. De vez en cuando tengo que ampliar la biblioteca, eso sí que es verdad.

¿Compras grapas habitualmente?

Compro grapas a través de Previews desde hace unos años. Lo hago, más que nada, por estar al tanto de lo que se está publicando en América. Así veo qué se cuece en el mercado en el que estoy facturando todos los meses. Por lo general no espero a que lleguen las ediciones españolas porque suelen publicarse muy a toro pasado e intento estar al día de lo que está pasando allí. Es importante ver qué cosas interesantes están pasando en el mercado en el que trabajas porque te ayuda a ubicarte y a ver si estás yendo por la senda adecuada.

También estoy comprando cosas antiguas, ediciones que tienen para mí un valor sentimental y, que si rebuscas, puedes encontrar a buen precio. Me hace ilusión disfrutar de algunas ediciones tal como fueron concebidas.

En el día a día no compro grapas en España por lo general. Intento comprar cómic español, novela gráfica… obra realizada aquí.

Si sale la edición en castellano ¿los vuelves a comprar?

Por lo general, antes de tener un buen nivel de inglés, si me habían gustado especialmente, sí que los cogía para entenderlos mejor y sacarles todo el jugo. Ahora por lo general no. No tengo un inglés de Oxford pero trabajo todos los días en ese idioma y los leo y puedo profundizar en ellos perfectamente. A veces puedo cogerlos por un tema de militancia si son obras importantes pero no tienen el calado aquí que merecen. Entonces me compro la nueva edición por arrimar un poco el hombro y para ayudar a los autores y al editor valiente que ha apostado por ella.

¿Eres completista?

No te creas. Según lo que sea. No me imagino vivir sin el capítulo siete de Watchmen pero nunca he sido coleccionista de series al extremo de comprarme todo lo que salga aunque no me guste. Hay etapas de personajes que me encantan y otras que me dan totalmente igual. Si no me interesan como lector no me preocupa no tenerlos. Lo que quiero es disfrutar con la lectura, no tenerlos en una vitrina. Si no me va aportar nada no me quita el sueño lo más mínimo tener una colección completa.

Europeo, manga, americano, novela gráfica ¿Qué tipo de tebeo lees más asiduamente?

De todo. Apuesto por todo y me gusta leer de todo. Un problema en el fandom es el lector que se centra en un solo tipo de cómic. El medio es tan rico y el mercado tan variado que cerrarte a un solo compartimento habiendo tantos disponibles, es un error que hace que tu capacidad crítica y lectora se merme. Intento descubrir cosas nuevas en todos los géneros sin ningún tipo de complejo. Creo que eso me ayuda como autor. Beber de muchas fuentes te descubre nuevas realidades. Es como viajar. Cuanto más viajas, más cosas descubres y te permite tener una mayor perspectiva de tu propio país. Con la lectura pasa exactamente lo mismo aunque a priori parezca que no tenga nada que ver contigo. Si te arriesgas encuentras nuevos cauces que te pueden hacer muy feliz.

¿Regalas tebeos a los no lectores?

Sí. Por lo general sí, a menos que sepa que no le van a a dar ningún valor. La idea es regalar algo para que la gente lo disfrute y se acuerde de ti. Si no le interesa y se lo regalas solo por militancia no vas a conseguir que a la persona le guste. Salvo pocas excepciones sí que regalo cómics pero sabiendo a quién se lo regalo. Primero es importante que sean lectores, aunque no sean de cómics, para que lo valoren. Si no suelen leer prefiero prestarles algún tebeo un día, enseñarles mi biblioteca, contarle en que consiste esto…

También intento ver qué tipo de historia le interesa. Igual Watchmen no es la lectura más idónea para alguien que nunca ha leído un cómic, por ejemplo. Por suerte ahora el abanico de posibilidades es muy amplio y hay tebeos para todo tipo de lectores, aunque nunca hayan tenido ocasión de leer un tebeo. Creo que hay que molestarse en pensar en la persona a la que le das el cómic para que quiera seguir la aventura, más allá de tus propios gustos.

¿Hay algún tebeo que te arrepientes de haber dejado y que no te han devuelto?

Más de uno pero no recuerdo ahora. Sobre todo en mi adolescencia. Pero todo lo que me ha ido desapareciendo lo he ido recuperando con el tiempo y si no lo he querido hecho es que quizás no merecía tanto la pena.

¿Hay algún cómic que no te canses de releer?

Un montón de ellos. Creo que uno de los que más veces he releído es el DK2. Una obra de Miller que la gente admira y detesta. Cada vez que vuelvo a leerlo encuentro cosas nuevas y crezco como autor. De los últimos años, probablemente el que más veces haya releído sea All-Star Superman de Grant Morrison y Frank Quitely.

¿Hay alguno que hayas comprado varias veces o adquieres nuevas ediciones si incluyen extras o nuevas recopilaciones?

Sí. Varios. Un tebeo que tengo en varias ediciones es el Born Again. Tengo las grapas de Spiderman en las que salía de complemento. También el recopilatorio que sacó Forum, una nueva edición que sacó Panini hace unos años, una edición a gran tamaño que sacó Panini Italia hace unos diez años y también la Artist edition que me permite apreciar bien el trabajo de Mazzuchelli.

Tengo también ediciones alternativas de otros cómics ahora que salen en blanco y negro. Uno de los últimos es el Gotham:luz de gas de Mignola. Lo descubrí a buen precio y es un buen modo de ver tebeos que te sabes de memoria desde otra perspectiva. Siempre aporta.

Akira lo tengo en blanco y negro y en color porque disfruto de ambas ediciones. No sabría decantarme por la edición japonesa o la americana. Las dos me aportan como lector.

¿Hay alguna serie o autor del que esperes con ansiedad su nuevo trabajo?

Ahora mismo espero con ansiedad el próximo trabajo de David Sánchez. Un autor de aquí que me encanta y ha anunciado en redes sociales que ha terminado un nuevo libro. Es uno de los autores que más me gusta y al que más ganas tengo de leer.

¿Cuál es el último tebeo que te ha sorprendido?

Cada vez me sorprenden menos pero de vez en cuando encuentras cosas que hacen que te salta la chispa dentro. Muchas veces son obras nuevas o fanzines que te sorprenden. No sabría decirte uno en concreto.

Sí que me ha gustado mucho Inframundo de Pep Brocal. Me parece brutal, rozando la obra maestra. Me ha tocado la fibra como pocos tebeos lo han hecho. También Cenit de María Medem. Me sorprendió mucho y me ha aportado mucho. Ocultos, de Laura Pérez me ha parecido una de las mejor lecturas que he hecho últimamente.

¿Dudas mucho a la hora de comprar un tebeo o te mueves por impulsos?

Tengo muy claro lo que me gusta y lo que no. Suelo arriesgarme bastante. Si una portada me atrae, no necesito conocer ni al autor ni la serie. El cerebro me hace click y empatizo inmediatamente. Por lo general suelo acertar y descubrir autores y obras nuevas por ese superpoder que tengo.

Con autores que ya conozco y disfruto no dudo. Voy a saco a conseguirlo.

¿Cuántos tebeos tienes?

No lo sé. Nunca los he contado pero demasiados para la casa en la que vivo. No he hecho nunca un recuento ni anoto lo que tengo pero es una cantidad bastante abrumadora.

¿Cómo guardas los tebeos de Chris Ware?

Como puedo (Risas). No los guardo todos juntos porque es imposible. Los suelo tener junto a las Artist edition, sobre todo los más voluminosos.

¿Qué haces cuando ya no tienes más sitio para guardarlos?

Me pongo a pensar en qué tebeos, aunque me gusten, no voy a releer más. Hago un análisis frío, preparo unas cuantas cajas y los dono. Los dono a bibliotecas o en campañas de navidad a los hogares que no están pasando un buen momento.

¿Algún tebeo inconfesable?

Todo lo que compro es porque me gusta así que no tengo nada de lo que avergonzarme. Si está en casa y ha superado varias mudanzas y análisis es que está donde tiene que estar.

¿Cómo guardas los tebeos para adultos ahora que tienes una hija?

En las estanterías de arriba. Antes no me lo planteaba pero ahora que mi hija tiene una edad y va abriendo libros a lo loco tengo más cuidado. No vaya a ser que con cuatro años abra uno de Shintaro Kango o cosas así (Risas). Creo que hay una edad para cada cosa.

Intento tenerlos en lugares poco accesibles para ella y poner en lugares más accesibles tebeos que le pueden interesar. En su habitación tiene desde que nació los tebeos infantiles, libros ilustrados para que se cree un vínculo. Que lo vea de un modo normalizado y cotidiano con lo que convivir. Todas las noches le leo un cuento o dos y los elige ella. Cada cierto tiempo vamos aumentando su colección y ella va creando su propio criterio como lectora. Ella elige lo que quiere. A veces es cómic, otras libro ilustrado… lo importante es que vea los libros como algo bueno y como parte de su día a día. Creo que eso es fundamental para que el día de mañana sea una buena lectora.

¿Algún tebeo que a ella le guste?

Los de Hilda de Luke Pearson. Empezó con ellos gracias a la serie de Netflix, que está muy bien. Ella tenía en su habitación algún tebeo ya, se los fui enseñando y ahora les presta mucha atención. Algunos de Bang le gustan también. Son tebeos hechos para gente que está empezando a leer y conectan muy bien con ella. Por ejemplo le gusta mucho Manu de Ed Carosia.

¿Tapa dura o blanda?

Me da igual. Creo que lo importante no es que sea tapa dura o blanda, grapa o lo que sea. Lo importante es que sea lo que la obra demanda.

Hay que saber entender el tamaño, el papel, si necesita o no un barniz. No hay que poner todo del mismo modo.  Editar bien no es poner una tapa dura. Hay veces que se sobreedita.

Tiene que ser un objeto apetecible. Te tiene que gustar y disfrutar teniéndolo en la mano, especialmente ahora que lo puedes conseguir, legal o ilegalmente, en digital. Es importante para que el papel continúe saber entender el formato y las necesidades de cada libro.

Como autor me preocupa mucho. En mi obra hay distintos formatos pero creo que cada uno es como debe ser. No sólo me preocupa hacer la obra sino cómo le llega a los lectores. Tiene que adecuarse a lo que yo quiero contar en la obra.

¿Brillo o mate?

Mate con matices. Hay obras que piden lo contrario. Tengo un libro sobre Jack Cole de Plasticman que tiene las tapas de plástico y el interior es todo brillo y le pega genial. Es cierto que lo ha diseñado Chip Kidd y entiende mucho de diseño editorial.

Por lo general prefiero mate. Me gusta más su tacto incluso. En mis últimos libros suelo demandar un papel que tiene mucho gramaje. Al tacto parece mate y es brillo sin provocarlos. Es una cosa rara que hace que los colores queden tal cual los veo yo en mi pantalla. No hay variaciones entre lo que el lector ve y cómo lo concebí yo y tiene, además, el tacto del mate.

¿A que huelen los tebeos?

A futuro. Incluso cuando releo los tebeos antiguos veo elementos que pueden aportar a mi trabajo y eso para mi es el futuro.

Hay un olor fabuloso cuando te llegan los ejemplares de cortesía de tu nuevo libro. Las cajas suelen llegar de imprenta al día siguiente y aún huelen a tinta fresca. Es un olor que se pierde en la librería. Con todo lo que cuesta sacar cada libro, concentrar tantos meses o años de trabajo en ese libro que abres y hueles por primera vez me sabe a triunfo.

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