
Continuamos investigando en las bibliotecas de los protagonistas de nuestros cómics y lo hacemos conociendo la colección del Sr. Ausente. Investigador infatigable de la cultura trash, Daniel Fernández recorre sin complejos cualquier manifestación popular para descubrirnos auténticos tesoros. Su blog, http://absencito.blogspot.com.es/ es todo un referente para todo aquel dispuesto a disfrutar no solo del cómic, sino del cine, la televisión y demás formas de cultura popular. Con el Sr. Ausente repasamos sus lecturas.
Pregunta- ¿Cuál fue el primer tebeo que recuerdas haber leído?
Es complicado, en mi casa había tebeos porque le gustaban a mi padre, a mis tíos, así que es imposible saber cuál fue el primero. Mis recuerdos más lejanos relacionados con tebeos concretos son los primeros números de Príncipe Valiente y Rip Kirby de Buru Lan, el Dossier Negro #24 con Frankenstein en la portada, el Selecciones Marvel de Vértice #5 con historias de monstruos de Kirby y luego una imposible maraña de semanarios de Bruguera como Din Dan.
P.: ¿Y el primero que has comprado?
Desde muy pequeño mis tíos me compraban tebeos cada fin de semana, me llevaban con ellos a hacer el vermut y en el quiosco donde compraban la prensa me dejaban elegir uno, o me daban el dinero para que fuera yo sólo, así que me resulta imposible saber cuál fue el primero. Mi memoria tiene marcado a fuego el recuerdo de una librería de Sitges, el pueblo donde veraneaba, que al fondo tenía una pila de Novaros en la que me encantaba escarbar en busca de Kamandi, Tomahawk o algún Tarzán de Kubert. También recuerdo, ya más mayor (unos diez años) ahorrar para comprarme «El caballo de hierro» de Blueberry o «El país sin estrellas» de Valerian.
P.: ¿Mantienes los tebeos que te enamoraron de pequeño?
Conservar tebeos era una tarea muy complicada porque durante muchos años mi madre exigía que no guardara más tebeos que los que me cabían en dos cajas (para la grapa) y un estante (para los encuadernados) y regularmente me veía obligado a ejecutar purgas. También era una época en que los tebeos circulaban entre los niños de un lado para otro, y había muchos niños y muchos tebeos. Un día ibas a casa de uno y te llevabas un par, luego venían a la tuya y se llevaban otros en un intercambio constante que no siempre era de ida y vuelta. En concreto, creo que los tres tebeos que conservo desde hace más tiempo, y te hablo de 45 años como mínimo, son «Z contra Zorglub» de Spirou y Fantasio, «Umpa-pá y los piratas» y un retapado en cartoné del semanario Strong.
P.: ¿Cuál es tu Rosebud particular?
Uf. Así a bote pronto uno de mis mayores tesoros son un montón de gruesos volúmenes de Vértice, tamaño novela, de Zarpa de Acero, Spider y Mytek que conservo desde tiempos inmemoriables.
P.: ¿Cómo organizas tus bibliotecas? ¿Por colecciones, por autores, por formatos?
Por formatos, es la forma más eficiente de ganar espacio. Además, en mi caso al coleccionismo de tebeos se suma el de libros (que sigue en aumento), películas y discos (estos dos ya definitivamente estancados).
P.: ¿Cómo compaginas los álbums europeos con las novelas gráficas o las grapas? ¿Las pones en las mismas estanterías? ¿Las estanterías se adaptan a los formatos de los tebeos o al revés?
Las estanterías se adaptan a los formatos. Estanterías para álbumes, para el comic-book, para las novelas gráficas, para el manga, las tiras apaisadas.
P.: ¿Compras grapas habitualmente? Si es así ¿cómo te las arreglas para guardarlas?
Hace ya una década que no compro grapa, exceptuando fanzines y cosas así. Pero guardo muchísima grapa en casa. Mientras quede bien encajonada dentro de un estante con paredes no hay problema, no hay «corrimiento de grapas».
P.: ¿Hay algún tebeo que te arrepientes de haber dejado y que no te han devuelto?
Uf, unos cuantos. Ahora hace ya mucho tiempo que no presto cómics con la excepción de un par de buenos amigos que sé que cuidan y me devuelven las cosas. Antes he comentado que de niño había un ir y venir de tebeos en una especie de intercambio tácito que diluía un poco el tema de la propiedad, era como un ecosistema porque ayudaban a gestionar un poco las purgas de mi madre. Luego ya con la adolescencia bien entrada, recuerdo especialmente el dolor de prestar unos álbumes de Valerian, parte de mi colección de la revista Cairo o el «Superman contra Muhammad» Ali de Novaro que nunca regresaron.
P.: ¿Regalas tebeos a los no lectores?
En una esquina del recibidor tengo una pila de mangas, tebeos de superhéroes o franco-belgas repetidos que en ocasiones regalo a niños que vienen a jugar con mis hijos y que me parece que sabrán disfrutarlos como merecen.
P.: ¿Cuál es, para ti, la joya de tu colección?
Uff, además de algunas cosas que ya he citado tengo mucho cariño a mis colecciones de revistas de los 80, especialmente El Víbora o Metal Hurlant; el 2001 de Kirby (en edición original USA), El Planeta de los Monos de Vértice; y pese a estar incompletas pero muy nutridas mis colecciones de Vampus, Fantom, Escalofrío, Kamandi de Novaro, Star o Nueva Dimensión (estas dos últimas eran revistas, pero también incluían historietas).
P.: ¿Hay algún cómic que no te canses de releer?
Uff. Releo muy poco y casi siempre porque tengo que escribir o trabajar sobre ello. Hay un montón de cosas que me apetece releer pero siempre se interpone algo en mi camino. Todos los veranos me obligo a releer algo. Hace dos veranos fue Blueberry, y el pasado le tocó a Blake and Mortimer, aunque al final me quedé a medias.
P.: ¿Hay alguno que hayas comprado varias veces?
Sí, claro, por error eso me pasó cuando compraba superhéroes regularmente. También cuando me dio por completar algunas colecciones y alguna imprevista oportunidad del destino me pillaba sin una lista de «tenguis y faltis». Ahora ya no me sucede porque no hay dinero para el completismo ni voluntad para el seguimiento regular de colecciones mensuales.
P.: ¿Compras las nuevas ediciones si incluyen extras o nuevas recopilaciones para tener toda la colección en el mismo formato?
No me lo puedo permitir. Tengo muchas colecciones en un caos de formatos porque prefería llenar huecos antes que comprar cosas que ya tenía. En ocasiones muy puntuales sí puedo comprar ediciones nuevas porque son cosas que me gustan mucho y mejoran lo que tengo, pero son casos muy puntuales y lo normal es deshacerme de lo anterior, aunque hay entran otros factores. Por ejemplo, me voy pillando, poco a poco, los Archivos de Spirit y según entra un nuevo tomo me deshago de los números de la colección de grapa de Norma que incluyen esas historietas, pero en cambio conservo los que tengo de la vieja edición de Garbo. Otro ejemplo: me compré algunos integrales de Valerian de los que sacó Norma, aunque lo hice porque alguno de los álbumes que incluían me faltaba en la edición de Junior/Grijalbo y eran inencontrables o con precios abusivos, pero no me deshice de los que entonces quedaron repetidos porque tengo un vínculo sentimental hacia ellos.
P.: ¿Eres completista?
Lo fui, pero conseguí quitarme el vicio. Cuando no tenía hijos ni hipoteca (e incluso ganaba más que ahora) pasé por una etapa muy intensa de coleccionismo en la que quise completar cosas que me gustan mucho, y en algún caso lo conseguí. Ahora ya no me lo puedo permitir y lo mejor es que no sufro por ello. Conseguí desintoxicarme con menos mono del esperado.
P.: ¿Hay alguna serie o autor del que esperes con ansiedad su nuevo trabajo?
Con ansiedad y desaforadamente no. En un momento dado me puede apetecer mucho leer una novedad concreta, pero no siento una especial necesidad de que salga ya el nuevo número o trabajo de tal serie o autor.
P.: ¿Cuántos tebeos tienes?
Desconozco la cifra actual. Hace 15 años o más, durante mi etapa de avidez coleccionista, me dio por listar de todo los que tenía. Salieron unos 18 mil tebeos, contados como unidades, es decir, sumaban 1 tanto un tebeo de grapa chiquitín como un grueso tomo de lo que fuera. Dejé de actualizarla hace mucho. Hoy serán algunos más porque las entradas de tebeos en casa siguen superando a las salidas.
P.: ¿Catalogas los tebeos que tienes? ¿Tiene cada tebeo su lugar asignado o dónde entre lo metes?
Como he comentado antes, lo hice pero abandoné tan ardua tarea. Normalmente los tebeos que entran en casa pasan una temporada en alguna de las pilas que tengo en el despacho, aguardando su momento de lectura. Luego se mueven a otra pila, normalmente la de candidatos a escribir sobre ellos o reseñar en algún sitio. Finalmente está la pila de los que esperan a ser colocados en su lugar, que en el caso de las cosas sueltas es el primer hueco que encuentro entre los de su mismo formato. Más allá de ese orden de formatos, o de procurar que las colecciones estén juntas y en orden, es todo un tremendo caos basado en la confianza de que funcione mi memoria, a veces fotográfica para los lomos, pero ni siempre lo hace ni está todo donde debería.
P.: Europeo, manga, americano, novela gráfico ¿Qué tipo de tebeo lees más asiduamente?
Creo que lo que más leo es novela gráfica, cómic de autores españoles y el cajón indefinido de lo underground/alternativo. Luego ya determinadas colecciones de europeo, manga y comic book. Mi actividad de divulgador y redactor de reseñas aquí o allá me obliga a leer muchas novedades y anteponer unas cosas a otras. Leo muy poco comic-book de superhéroes, para mi desgracia.
P.: ¿Cómo guardas los tebeos de Chris Ware?
De Ware sólo tengo el Jimmy Corrigan, que está en uno de los estantes dedicados al formato de tiras apaisadas, y el ACME Novelty Library de Mondadori, que está en una balda para volúmenes tamaño Godzilla de altura.
P.: ¿Cuál es el último tebeo que te ha sorprendido?
Sorprender, en su sentido más literal, Tungsteno de Marcello Quintanilha (Ediciones La Cúpula). Me flipó el uso que hace de las acciones paralelas y que todo pase en un espacio de tiempo tan corto. Otra lectura reciente que he disfrutado al máximo ha sido Bahía de San Buho, la nueva antología de Simon Hanselmann (Fulgencio Pimentel) pero aquí no se puede hablar de sorpresa porque ya suponía que iba a ser buenísimo.
P.: ¿Qué haces cuando ya no tienes más sitio para guardarlos?
Uff. Hace un año que no tengo sitio y voy acumulando pilas en mi despacho. A ver, debería poner baldas nuevas y en la casa aún queda algún hueco que rellenar pero no encuentro tiempo para ello, me da una pereza enorme todo el tema del taladro y siempre hay algo mejor que hacer. Además, son huecos concretos que requieren estantes a medida, y encima el tipo de escuadra que me gusta utilizar, que conozco, una tipo pinza muy resistente que se podría comprar en Bauhaus, ya no se fabrica. Así que ponerme a ello se me pone muy cuesta arriba. En casa hay niños, muchos trastos, tuve que transformar en habitaciones para ellos dos estancias que hacía servir precisamente de biblioteca y lugar donde acumular cosas. Un desastre. Tengo baldas que han cedido por el peso y que se mantienen en extremado equilibrio, otras que se comban de manera peligrosa desafiando la ley de la gravedad, todas las repisas están llenas de juguetes, muñecos de mis hijos y objetos de lo más insólito que siguen ahí, hay dobles filas de novelas de bolsillo (y odio no ver esos lomos). Actualmente es un caos que gestiono de manera precaria y deficiente, un desastre.
P.: ¿Qué haces con un tebeo cuando no reúne las expectativas? ¿Lo cambias, vendes, donas o lo guardas para darle una segunda oportunidad en otro momento?
De entrada procuro guardarlo igualmente, nunca se sabe cuando puede ser útil. Cuando escribí Black Super Power, mi ensayo sobre los héroes negros, releí un montón de tebeos de superhéroes de los 90 que dudo que nadie conserve ya, pero me fue muy útil haberlos conservado. Además, tengo mi sentido del gusto muy perjudicado por mi afición al cine de explotación y bajo presupuesto, así que procuro ser coherente y aplicar ese placer decadente también a los tebeos.
P.: ¿El tebeo digital desplazará al de papel en algún momento? Si consigues la versión digital de un tebeo ¿te deshaces de la edición impresa que ya tenías?
No. Me he bajado muchas cosas que tengo en papel por puro vicio archivista, amparado en que puede ser más rápido consultar algo en soporte digital. También he llenado huecos con cosas que no pensaba rebuscar ya en el mercado de libro usado.
P.: ¿Dudas mucho a la hora de comprar un tebeo o te mueves por impulsos?
Antes dudaba más porque iba a las librerías a ver qué había salido, quizá con alguna cosa concreta en la cabeza pero siempre pillando algo más que no tenía pensado, ahora el impulso lo llevo puesto de casa y solo compro lo que he ido a buscar. Es una forma de ahorrar.
P.: ¿Hay algún cómic que te llame pero no te acabes de decidir?
No. Es decir, hay muchas cosas que me llaman pero si no las compro no es porque dude sino porque actualmente no tengo dinero para comprarlas.
P.: ¿Compras habitualmente cómics en inglés o francés?
No. Hace 15 años o así estuve comprando comic books viejos en inglés, cosas de Kirby básicamente: Kamandy, tebeos de monstruos, 2001, y también integrales de clásicos franco-belgas de estos que precisamente ahora están sacando aquí: Tanguy y Laverdure, Barbarroja, Aquiles Talón. Dejé de hacerlo porque son tebeos que miro más que leo. Hay gente que tiene don de lenguas, facilidad para los idiomas, y gente que no, como es mi caso. Tengo defectuosas las conexiones neuronales que facilitan el uso de otras lenguas. Un tara de nacimiento probablemente.
P.: Si sale la edición en castellano ¿los vuelves a comprar?
Supongo que esa es la voluntad, dado lo que he explicado antes, pero como el presupuesto ya no es el que era depende de la prioridad y las ganas. En Navidad me pillé el primer integral de Aquiles Talón (ed. Trilita) que tenía en francés y que regalaré a un amigo que controla esa lengua.
P.: ¿Algún tebeo inconfesable?
Estoy muy orgulloso de mi colección de tebeos eróticos italianos de los 70: Hessa, Zora, Lucifera, la Blancanieves de Leone Frollo.
P.: Después de tantos años como lector ¿consigues mantener la ilusión al abrir un nuevo tebeo?
La ilusión que tenía de niño y adolescente ya no, desgraciadamente, pero hay tebeos que cuando caen en mis manos abro con muchas ganas.
P.: ¿Tapa dura o blanda?
Cada tebeo requiere la suya. Hay tapas duras que están de sobra y tebeos que no merecen tapas blandas.
P.: ¿Brillo o mate?
Mate siempre.
P.: ¿A que huelen los tebeos?
A sentido de la maravilla.