
Continuamos conociendo las bibliotecas de los grandes autores del mundo del cómic y lo hacemos con Borja Crespo. Además de su actividad como autor con obras como Cortocuentos, Borja es uno de los grandes dinamizadores del medio participando en la organización de eventos como el Salón del Cómic de Getxo. Su trabajo se extiende a otros ámbitos de la cultura como el cine (recientemente ha dirigido Neuroworld) y la música (ha realizado numerosos videoclips y vivido muy intensamente los comienzos de subterfuge). Productor, director, ilustrador, DJ… con Borja Crespo repasamos su biblioteca.
Pregunta- ¿Cuál fue el primer tebeo que recuerdas haber leído?
La verdad es que no lo sé. Quizás revistas como «Cole Cole» o el «Don Miki». Recuerdo también los tomos gordos de «Películas». Y las tiras de Don Celes de «El Correo», con las que mi abuelo me metió el gusanillo de dibujar en el cuerpo.
P.: ¿Y el primero que has comprado?
Aquí sí que no tengo ni idea, probablemente me lo compraron mis padres. Siempre les agradezco que me regalasen tebeos, incluso para adultos cuando todavía no lo era, si es que lo soy ahora. Me gustaría pensar que fue un tebeo de Superlópez o algún ejemplar de la revista «Spirou».
P.: ¿Mantienes los tebeos que te enamoraron de pequeño?
Por supuesto, en el trastero de mis ancestros, luego no me preguntes por el sitio exacto donde están.
P.: ¿Cuál es tu Rosebud particular?
Lo he mencionado ya, en realidad. Soy absoluto fan de Jan, de su «Pulgarcito» y de todo lo que leí suyo de chaval. Para mi es un tebeo muy importante, años después, el álbum «Ideas negras» de Franquin. Apareció de golpe el humor negro en la línea francobelga. Me alucinó.
P.: ¿Cómo organizas tus bibliotecas? ¿Por colecciones, por autores, por formatos?
Una mezcla de todo. A veces no queda otra que adaptarse al tamaño de las estanterías. Ciertos títulos de gran formato no se pueden poner en cualquier sitio. Aparte, tengo material ordenado en mi casa de Bilbao, otro tanto en Madrid… algo en Barcelona, y como he dicho en el trastero de mis padres. Afortunadamente tengo memoria fotográfica y suelo acordarme perfectamente de dónde está cada cosa, excepto los cómics de niño que algún día tendré que rescatar de las sombras y organizar todo.
P.: ¿Cómo compaginas los álbumes europeos con las novelas gráficas o las grapas? ¿Las pones en las mismas estanterías? ¿Las estanterías se adaptan a los formatos de los tebeos o al revés?
Los tebeos de grapa suelen ir en armarios en horizontal. Rara vez los pongo visibles, no tiene mucho sentido. El colorido que queda en las estanterías es importante. Procuro que quede presentable y que se vean los álbumes parejos. Aunque siempre te queda algo suelto y hay una zona de «todo vale».
P.: ¿Compras grapas habitualmente? Si es así ¿cómo te las arreglas para guardarlas?
Lo he comentado antes, los tebeos de grapa los guardo en armarios, en montañas que procuro ordenar de tal manera que queden en buena posición. Alterno grapa y lomo para un lado u otro para controlar la curva que queda, todo un arte.
P.: ¿Hay algún tebeo que te arrepientes de haber dejado y que no te han devuelto?
No. Si fuera grave y me acordase ya estaría pidiéndolo. Bueno, me han venido a la mente unos ejemplares del Mazinger Z de Sanchís, el de Pumby, que nunca volví a ver tras dejárselos a Jorge Riera para que ilustrase con ellos un artículo en la revista «Kabuki» que él coordinaba. No existían las facilidades de ahora para enviar imágenes. Jorge, si lees esto ya estás tardando en buscar mi tesoro.
P.: ¿Regalas tebeos a los no lectores?
Por supuesto, siempre, y no siempre títulos obvios. Siempre regalo cómics. Me parece un ejercicio sano y necesario para apoyar el medio. A mucha gente le sorprendes. De cajón.
P.: ¿Cuál es, para ti, la joya de tu colección?
Los primeros Superlópez, los The Spirit de Garbo, las revistas Fuera Borda, Spirou Ardilla, mis primeros Moebius… tantos…
P.: ¿Hay algún cómic que no te canses de releer?
Cualquiera de Jan.
P.: ¿Hay alguno que hayas comprado varias veces?
Por equivocación alguna vez, creyendo que no lo tenía. Pero en esos casos lo regalo.
P.: ¿Compras las nuevas ediciones si incluyen extras o nuevas recopilaciones para tener toda la colección en el mismo formato?
Soy más lector que coleccionista, no soy tan completista. No me muero por tener todo lo que existe de Spirou, por ejemplo, aunque me encante. Soy consciente de que tengo muchos títulos por leer, hay montañas de no leídos, con lo cual no tiene mucho sentido seguir acaparando material como un poseso.
P.: ¿Hay alguna serie o autor del que esperes con ansiedad su nuevo trabajo?
Corben. Está superándose a sí mismo cuando otros ya no existen como artistas de hoy.
P.: ¿Cuántos tebeos tienes?
Ni idea. Y no pienso contarlos.
P.: ¿Catalogas los tebeos que tienes? ¿Tiene cada tebeo su lugar asignado o dónde entre lo metes?
Los ordeno, que ya es bastante. Y pueden cambiar de sitio sin problemas, precisamente al organizar títulos nuevos que entran. Unos entran, otros salen. Todos se quedan.
P.: Europeo, manga, americano, novela gráfico ¿Qué tipo de tebeo lees más asiduamente?
Leo de todo y recomiendo leer de todo, como tiene que ser.
P.: ¿Cómo guardas los tebeos de Chris Ware?
Son puñeteros, ¿eh? Estos sí que están separados, alguno a modo de decoración. No queda otra que situarlo de tal manera que se vea en la balda, porque de lo contrario no entra.
P.: ¿Cuál es el último tebeo que te ha sorprendido?
Estoy justo leyéndome TUNGSTENO, publicado por La Cúpula. Me interesa sobre todo la estructura narrativa que utiliza.
P.: ¿Qué haces cuando ya no tienes más sitio para guardarlos?
De momento tengo sitio, ocupando varias casas. Crucemos los dedos.
P.: ¿Qué haces con un tebeo cuando no reúne las expectativas? ¿Lo cambias, vendes, donas o lo guardas para darle una segunda oportunidad en otro momento?
No vendo nunca. Lo regalo o lo dejo en el apartado de «todo vale».
P.: ¿El tebeo digital desplazará al de papel en algún momento? Si consigues la versión digital de un tebeo ¿te deshaces de la edición impresa que ya tenías?
No sé si desaparecerá el papel algún día, pero creo que no lo viviré. No vuelvo a comprar nada. Trabajo muchas horas delante del ordenador, cuando desconecto y me tumbo a leer -me gusta especialmente hacerlo en la cama- prefiero no tener delante otra pantalla luminosa. Bendito sea lo analógico en este sentido.
P.: ¿Dudas mucho a la hora de comprar un tebeo o te mueves por impulsos?
Rara vez dudo. Si lo hago es que algo no funciona.
P.: ¿Hay algún cómic que te llame pero no te acabes de decidir?
No. Soy de ideas fijas.
P.: ¿Compras habitualmente cómics en inglés o francés?
Poco. Suelo comprar cuando voy a salones como Angouleme o viajo al extranjero, casi como si fueran un souvenir.
P.: Si sale la edición en castellano ¿los vuelves a comprar?
No tiene mucho sentido, como ya he dado a entender antes.
P.: ¿Algún tebeo inconfesable?
No lo digo porque dejaría de serlo, ¿no?
P.: Después de tantos años como lector ¿consigues mantener la ilusión al abrir un nuevo tebeo?
Por supuesto, de lo contrario estás perdido.
P.: ¿Tapa dura o blanda?
Depende del título, la verdad es que ambas opciones me parecen óptimas. La tapa blanda ocupa menos, eso sí… y puede ser un dato importante…
P.: ¿Brillo o mate?
Mate.
P.: ¿A que huelen los tebeos?
¡A tebeos! ¡A tinta impresa! Algo ya contaba aquí: http://www.infraser.com/weblog/2006/04/18/librilingus