
Desde los diferentes puntos del mundo y desde las diversas ópticas se mira a EE.UU. con asombro y expectación, por lo que viene sucediendo en la democracia mas vieja y sin dudas el país económicamente puntero del mundo. Si hay algo que Tirios y Troyanos reconocen es el sportsmanship de sus políticos – ganadores y perdedores – en sus elecciones cada cuatro años, donde han dado ejemplo de transiciones pacificas y acorde a los protocolos establecidos en un país de fechas fijas para esos traspasos de poder que en estos momentos no tiene tan aceptada imagen.
Denuncias de fraude electoral infundadas y sin pruebas esgrimidas han proliferado y obligado a un recuento interminables de los votos por correos que en estas elecciones de 2020 han alcanzado cifras astronómicas. Se han realizado históricas auditorias donde se han presentado las demandas confirmando en la mayoría de ellas la “seguridad” y la “precisión” de su sistema electoral.
La impugnación de los resultados ha sido una errónea estrategia del aun presidente Trump por revertir los resultados, y a estas fechas parecen mas un “pataleo” que una acertada línea de conducta por mantener el poder. Funcionarios del partido republicano, representantes electorales en uno de los Estados, declaraban que “hablar directamente con un presidente era algo muy poco usual” ante la llamada de Trump. Presiones de todo tipo que no tienen muy buena valoración en general.
Esperemos los resultados finales, que deseamos no enturbien ni manchen el prestigioso recorrido de años en un país y en una democracia de siglos como la de Norteamérica.
Santander, 22 de noviembre de 2020