
La comunicación en línea es cada vez más habitual en la rutina diaria de los menores y posee multitud de beneficios, pero también pueden darse posibles malentendidos y problemas online. Algunos son el uso de un alias o de datos que no se ajustan a la realidad, ya que pueden generar una falsa sensación de anonimato o de que nadie, al otro lado de la pantalla, puede llegar a saber quiénes son. Además, puede provocar una falsa sensación de seguridad o impunidad, creyendo que sus acciones no pueden ser rastreables o castigadas.
Como adultos, debemos enseñarles a empatizar con el resto de las personas tanto en el entorno físico como en Internet, fomentar su pensamiento crítico y establecer unas pautas de uso y comunicación que sirvan de canal de ayuda, en caso de tener problemas en la Red.
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