Yevgeny Prigozhin se rebela contra Putin e inició una marcha sobre Moscú con 25.000 mercenarios rusos

Bien es conocida la actual situación política de Rusia que nada tiene que ver con la imagen que aun muchos guardan asociada a un sistema comunista.

Hoy Rusia es un país que desarrolla un capitalismo feroz en manos de grandes oligarcas capitalistas que basan sus fortunas en manejos mafiosos de contratos con el Estado, la trata de mujeres, el tráfico de armas y drogas. Prigozhin es uno de ellos

Eduardo Madroñal definió a la actual Rusia a las mil maravillas en el articulo publicado en el EL PORTALUCO y que a continuación reproducimos:

«Hace un año -el mismo día del inicio de la invasión de Ucrania- en el Kremlin, Putin se reunía con casi medio centenar de oligarcas del acero y las finanzas, del níquel y el paladio; del petróleo y la banca, del transporte ferroviario, de la minería y los fertilizantes, del gas y la producción química; de la agricultura y el sector inmobiliario, del acero, las telecomunicaciones y la sanidad, de la industria tecnológica y del complejo militar industrial.

Una reunión de Estado del poder político y económico -expresión de una clase dominante compartiendo un proyecto común, más allá de las diferencias entre los diferentes sectores- en el momento de dar un paso adelante cualitativo como la invasión de Ucrania, pieza decisiva de su proyecto imperialista.

No es sólo Putin es la oligarquía rusa

Porque no es solamente Putin y su círculo cercano. La invasión de Ucrania es la clave de bóveda del proyecto imperialista de la clase dominante rusa. La oligarquía financiera y monopolista tiene como proyecto estratégico imponerse como una potencia euroasiática determinante en el mundo multipolar que se está gestando.

Y para ello trata de recuperar su poder exclusivo sobre el espacio territorial de las antiguas repúblicas exsoviéticas, desde Bielorrusia al oeste hasta el Pacífico, pasando por blindar su control sobre las repúblicas exsoviéticas de Asia Central y el Cáucaso. Necesitan tal área de dominio exclusiva para ser una potencia euroasiática decisiva, porque necesitan una amplia zona económica cautiva.

Ucrania es la clave de ese proyecto, y por ello han lanzado esta agresión -largo tiempo preparada- tomando ventaja de las condiciones y debilidades de una superpotencia estadounidense sumida en su ocaso imperial, y que pocos meses antes -en agosto de 2021- había tenido que salir vergonzantemente de Afganistán.

Una tenebrosa clase dominante burocrática

La procedencia político-burocrática soviética de la mayoría de los oligarcas rusos -junto a su incapacidad para competir económicamente no sólo con EEUU y la Unión Europea, sino con China y el resto de dinámicas economías asiáticas- los lleva a practicar -como en los tiempos de la URSS socialfascista- un asfixiante control de la vida económica y política de Rusia.

Se ven incapaces de competir pacíficamente, así que necesitan garantizarse un inmenso “coto privado de caza”, donde sólo ellos puedan controlar la extracción de materia primas, el tráfico de mercancías y la oferta de servicios, es decir, un mercado cautivo, además del control autoritario de la información, la mutilación de las libertades ciudadanas y el culto servil a la autoridad.

No pueden apoyarse sólo en el “poder blando”. Necesitan la brutal agresión militar, que llevan años practicando desde las guerras de Chechenia, la ocupación parcial de Georgia, la anexión de Crimea, la división en el Donbás ucraniano, la represión de las protestas en Kazajistán, la intervención en Siria, hasta el envío de mercenarios a Libia y el Sahel.

Los rasgos de la clase dominante rusa

Como en el resto de países capitalistas desarrollados, el capitalismo monopolista de Estado es el modo de producción dominante en Rusia. Rusia es el país más extenso de la Tierra, posee más del 30% de los recursos naturales del planeta, las mayores reservas conocidas de gas natural y es uno de los tres principales productores y exportadores de petróleo del mundo.

En Rusia tiene el poder una burguesía monopolista de Estado que concentra la propiedad del gran capital y el poder del Estado. No es la suma de un grupo de oligarcas. Es una clase dominante -de banqueros y propietarios de los oligopolios- estructurada, organizada y jerarquizada que detenta la propiedad del gran capital, es dueña de bancos y oligopolios y goza del control de los aparatos del Estado imperialista ruso.

Es la clase dominante de una potencia imperialista, la segunda potencia nuclear del planeta después de EEUU, aunque sea la primera si se tiene en cuenta el arsenal nuclear almacenado, con cerca de 6.000 cabezas nucleares -casi la mitad del arsenal atómico mundial- por las 5.500 de EEUU. Este es un rasgo fundamental del imperialismo ruso actual -agresivo y aventurero- especialmente peligroso ya que busca lograr por la fuerza y la intervención lo que es incapaz de lograr por ideología y competencia económica.»

Y en este escenario Yevgeny Prigozhin, uno de los multimillonarios oligarcas especializado en formar un ejercito de mercenarios que, Putin utiliza para sus guerras sucias, se ha revelado y ha puesto en jaque a Moscú.

Su alcalde ha advertido del peligro a sus ciudadanos pidiendo que no salgan de sus casas y declarando el lunes jornada no laboral para impedir el movimiento de millones de moscovitas, en un escenario pre bélico.

Por el momento el grupo Wagner de Prigozhin ha detenido su «Marcha de la Justicia» sobre Moscú tras la negociación que ha llevado a cabo el Presidente de Bielorrusia Lukashenko, autorizado por Putin, para negociar con Prigozhin.

La columna del grupo Wagner se dirige ahora a Biolorusia donde Prigozhin no será sancionado anulando asi el proceso penal que Putin ha iniciado contra su oligarca competidor.