No entiendo como los políticos siguen queriendo jugar con los ciudadanos. Que a Rajoy se le “olvidara” la inclusión de la partida de 28 millones de euros establecida desde hace dos años no es de recibo. Luego nos confirmaron que fue una decisión de “última hora” del equipo que realizó el anteproyecto del presupuestos. Me parece patético que el olvido no fuera tal y que se tratara de una decisión de “alguien” y “de última hora”
Lógicamente el presidente de Cantabria ha puesto el grito en el cielo, mientras que la vicepresidenta habló de “provocación intolerable” que no iba a perder el tiempo en reivindicar… y seguimos jugando pues al PSOE le vendría bien que Rajoy no reaccionara y Pedro Sanchez prometa en la próxima campaña que sí cumplirá con Cantabria “no como otros”…
Luego fue el Delegado del Gobierno quien habló de la posibilidad de solucionarlo en el Congreso con una moción y rápidamente el PP dijo que lo arreglaría pues sin duda Rajoy no iba a olvidar a Cantabria… y seguimos jugando, así nos va. Pues los políticos juegan con el ciudadano, pero además hacen trampas, para que salgan victoriosos los suyos.
Está claro que lo que Rajoy buscaba, con su trampa, no solo era tocar las narices a los cántabros, que también, se trataba de propiciar que una solicitud del PP de Cantabria, fuera el que apareciera como “conseguidor” de la partida de los 28 millones. Una partida que debe figurar durante dos años ya que el gobierno de Madrid ya ha cumplido 2 de los 4 plazos acordados.
La trampa de Rajoy es pueril y solo ha servido para quitarle credibilidad, y descubrir su doble juego, con trampas, a pocos meses de las elecciones generales y propiciar que Revilla tenga más argumentos para hablar del “tufillo de venganza” contra los cántabros, y no le falte razón.
Este tipo de estrategias políticas ya huelen y a nadie engañan pues Rajoy tan solo debería haber cumplido con su obligación y consignar la partida sin más trampas, aunque es comprensible, conociendo los modus operandi que se gastan los partidos, que al PP no le haga hecho gracia que la inauguración real de Valdecilla, con enfermos, la vayan a presidir Revilla y Diaz