
Uno de nuestros autores fundamentales es, sin duda, Jan, el genial creador de Super López. Sin embargo, mucho antes de su creación, el autor ya destacaba por su preocupación por el público infantil. Desde Tebeosfera continúan con su imprescindible recuperación de nuestros clásicos acercándonos al trabajo que realizó Jan en sus comienzos en Cuba. Hablamos con Javier Alcázar, responsable de la edición.
Pregunta: ¿Qué es “Los Cuentos de Din Don»?
“Los cuentos de Din Don” es un libro de historietas que recupera parte del trabajo que realizó Jan al inicio de su carrera, cuando emigró a Cuba y firmaba como Juan José. De toda su producción en la isla, que fue abundante, escogimos una serie de historias que adaptaban cuentos infantiles y que se publicaron en la revista Din Don, dirigida al público infantil y que duró poco en los quioscos.
P.: ¿Cómo surge la obra?
La idea de publicar un libro de historietas surge tras la entusiasta repuesta al libro “Jan, el genio humilde”. En aquel libro incluimos unas muestras, inéditas en España, de historietas realizadas en Cuba. La buena acogida de este material, la posibilidad de disponer de las publicaciones originales gracias al apoyo de los coleccionistas y el placer de recuperar una obra inédita de uno de nuestros autores preferidos nos animó a iniciar el proyecto. Decidimos publicar estas adaptaciones porque era un material del que disponíamos en su totalidad gracias a la colaboración del coleccionista Quim Zafra y del teórico cubano Roberto Hernández, y nos pareció que tendría mejor acogida por los lectores por su temática, además de que estéticamente es precioso.
P.: “Jan, El genio humilde” muestra el interés por conocer la vida y obra por uno de los autores fundamentales de nuestra historieta y, sin duda, uno de los más modernos. Un año después de su publicación. ¿Cuál ha sido la respuesta del público hacia la obra?
La verdad es que nos sorprendió que un libro teórico se vendiera tan bien, ya que se agotó la edición en poco más de seis meses. Es cierto que la tirada fue muy corta, debido a nuestra infraestructura como asociación y a la incapacidad económica de producir grandes tiradas. Los comentarios que nos han llegado es que el libro ha gustado bastante, y salvo algunos pequeños detalles las opiniones son en general buenas o muy buenas. La calidad de los autores que participaron en el proyecto y el cariño que se puso en el mismo lo merecían, pero en un país con tan poca tradición de estudio de la historieta y donde el olvido fagocita fácilmente a los artistas y artesanos, nos llamó la atención que Jan despertara tanto interés.
P.: ¿La coordinación del libro supuso para ti un descubrimiento de aspectos desconocidos de nuestro artista?
Siempre que investigamos sobre un tema descubrimos cosas que no sabíamos y aprendemos un montón. Y eso es lo bonito de este trabajo, que nunca dejas de ilusionarte y de adquirir nuevos conocimientos, que es tan amplio y tiene tantos aspectos que podríamos estar toda la vida dedicados a ello sin agotarlo. En el caso de Jan, contactamos con autores a los que no conocíamos y tuvimos acceso a materiales nuevos. De hecho, incluso en el caso de la historietas de Din Don, y aunque ya teníamos supuestamente todo el material de Ediciones en Colores, ¡seguimos descubriendo historietas nuevas de Jan que nadie conocía! ¡Y que el autor ni recordaba!
antes
después
P.: Con la publicación de “Los cuentos de Din Don” realizáis un trabajo de recuperación de material histórico con un intenso trabajo de restauración de las páginas. ¿Cómo ha sido el proceso?
Aquí viene muy bien la denominación de “trabajo de recuperación”, porque si algo ha sido es “trabajoso”. En un principio la idea era escanear las páginas a alta resolución, limpiarlas lo mejor posible y editarlas tal cual, como se está haciendo con muchas recuperaciones en todo el mundo y como hicimos nosotros con las historietas de Din Don que publicamos en “Jan, el genio humilde”. Pero el material de partida era bastante desastroso, los tebeos estaban impresos en un papel malo, los colores estaban habitualmente corridos, mezclaban páginas en color (bicolor mejor dicho) con páginas en escala de grises… Como tenemos la suerte de contar en nuestra Asociación con Antonio Moreno, diseñador de la mayoría de nuestros trabajos, comenté con él la posibilidad de hacerlo todo un poco mejor, y de él fue la idea de extraer de los escaneos la línea negra. Una vez que pudimos desarrollar un método para hacerlo, decidimos recolorear las páginas con los mismos tonos usados en el tebeo original, incluyendo las páginas que estaban en escala de grises. Después nos decantamos por un papel algo más lujoso del usado habitualmente en este tipo de trabajos, con un gramaje mayor y cierto tono ocre que realza el dibujo.
Sin Antonio editar este libro hubiera sido imposible. Bueno, se hubiera editado quizás de otra forma totalmente distinta, mucho menos llamativa, mucho menos lujosa, mucho menos bonita. Antonio es el que realmente ha invertido horas en recuperar las páginas, con un método que por fuerza ha tenido que ser muy artesanal debido al mal estado de las páginas de origen; aquí no valía un método automático del Photoshop porque cada página tenía zonas que estaban más claras o más oscuras, o que tenían la impresión en negro mejor o peor, o zonas con manchas, o áreas donde la impresión se había borrado… Yo ya le estoy enormemente agradecido, pero los aficionados a Jan o a la historieta deberían sentirse muy orgullosos de que Antonio Moreno haya realizado estas labores (y que quiera seguir haciéndolas).
P.: Con “Los Cuentos de Din Don” vemos la constante preocupación por Jan por el público infantil, adaptando algunos cuentos clásicos a los que volverá en el futuro.
Esta es una de las constantes que se observa en el trabajo de este autor, junto con el compromiso social y el interés en educar al lector. Llama la atención el esmero que pone Jan al ilustrar cuentos infantiles, con un dibujo aparentemente muy sencillo pero con una gran maestría en la narración. Y cómo se repiten estas diferentes versiones de cuentos a lo largo de su carrera, ya que la ilustración infantil fue una parte importante de su obra en los años setenta y ochenta en Bruguera, en colecciones como Din-Dan, Lluvia de estrellas o Buenos días.
P.: La presencia de Jan en la Cuba revolucionaria se filtra a su trabajo realizando incluso cuentos que defienden el incipiente régimen de Fidel.
Jan era y es de izquierdas, nunca ha renegado de ello y como ya hemos comentado esto se ha refejado en su trabajo, en su interés por la justicia social, la igualdad, la educación. En pleno franquismo tuvo la oportunidad de emigrar con su padre a lo que parecía un país que renacía tras la revolución de Castro, radicalmente distinto del país de donde salía y en cierta manera ilusionante, tanto desde el punto de vista persona como profesional. Después, la carencia de medios materiales y ciertos aspectos del régimen castrista desilusionaron a Jan hasta el punto de querer marcharse, y tener que dejar abandonada su obra allí porque no le dejaron salir con nada de lo que había hecho. Por supuesto, estas ideas y estas ilusiones se reflejaban en sus proyectos, pero no creo que ni Jan ni el resto de autores trabajaran bajo una consigna impuesta, sino que realmente creían en los ideales de la revolución. Aunque este aspecto no es muy evidente, salvo alguna cosa puntual, en el libro Los cuentos de Din Don.
P.: La influencia de la animación está muy presente en “Los cuentos de Din Don”.
Es curioso como la animación ha sido la profesión inicial de muchos historietistas célebres, como Cifré o Escobar en España, o Peyo y muchos integrantes de la escuela de Marcinelle en Bélgica. Aunque en su juventud tuvo algunos escarceos con la historieta, Jan lo que quería era contar historias mediante animación, y a eso fue a lo que se dedicó nada más llegar a Cuba. De hecho desarrolló muchos métodos que intentaban paliar la carestía de medios y fue maestro de animadores posteriormente célebres, como Juan Padrón. Tras comprobar que en la animación el producto final dependía de muchos factores que escapaban a su control, se decantó por la historieta donde podía dar cabida de otra forma a sus aspiraciones. Y algo se tenía que notar en sus obras: la plasticidad de los personajes, la habilidad en la narrativa… Yo veo influencias de la Blancanieves de Disney en la de Jan, o influencias estilísticas de la UPA en la historieta de Vichy.
P.: Desde Tebeosfera habéis realizado diversos libros teóricos sobre aspectos de nuestra cultura a reivindicar como la historia del TBO pero “Los cuentos de Din Don” suponen la primera recuperación de material inédito o poco visto en el país. ¿Vais a continuar publicando obra poco conocida de Jan?
Lo de Jan ha sido una cosa excepcional, aprovechando el material que podíamos obtener y el impulso de todo fan de editar a sus ídolos. Ha sido muy bonito, pero depende de la respuesta de los lectores. Intentaremos publicar el segundo volumen para completar todas las historietas de Jan que se publicaron en Ediciones en Colores, pero ya hay otros editores que tienen pensado sacar más material inédito o que es difícil de encontrar hoy día, como Sugoi Ediciones o Amaníaco, que están haciendo una excelente labor de recuperación. Con mucho cariño, como corresponde hacer con estas cosas.
P.: ¿Pensáis continuar recuperando la obra de otros autores?
Ya he comentado que lo de Jan ha sido excepcional, aunque claro que nos encantaría recuperar material de otros autores olvidados que fueron grandes en su momento. ¿Permite el mercado español este tipo de aventuras? Creo que no, pero si la Asociación Cultural Tebeosfera sigue creciendo y sus socios lo permiten, estaría bien seguir publicando libros especiales, aunque sea con tiradas mínimas destinadas a los propios socios.
P.: ¿Cuál ha sido la respuesta de Jan ante la publicación de “Los Cuentos de Din Don”?
La reacción inicial, como siempre en una persona tan humilde como Jan, de incredulidad ante la necesidad de publicar un material tan antiguo y tan, como dice él, de poco interés para el lector actual. Pero sabemos que una vez visto el libro acabado le ha gustado mucho, le ha emocionado esta especie de retorno a su pasado, y agradece estas muestras de reconocimiento. Y más tendría que haber, digo yo.
P.: ¿Existe un público interesado en conocer y analizar este pasado? ¿Cuál ha sido la respuesta del público ante vuestra propuesta?
Me gustaría pensar que sí, como se lee en esa realidad alternativa que son las redes sociales e internet: aficionados que piden reediciones de material antiguo o descatalogado, que parece que se agotará nada más salga… Pero después nos encontramos con la realidad, que no es tan subjetiva. Los que lo han comprado y opinado dicen que les ha gustado mucho, el problema es que todavía lo han comprado pocos. Nuestras ediciones suelen ser muy limitadas pero en este caso hemos hecho un esfuerzo con una tirada de 1.000 ejemplares. Una parte de esta tirada se destina a socios, y el resto a la venta. Y te puedo decir que la cosa va muy, pero que muy lenta. ¿Será que en este país no hay al menos 1.000 personas interesadas en una obra inédita de Jan? Me gustaría pensar que más tarde o más temprano agotaremos la edición, pero ya no las tengo todas conmigo.
P.: ¿Qué valoración haces de la obra?
Al ser el editor, solamente voy a decir cosas bonitas, claro… Pero realmente me parece un conjunto de historias a descubrir, aptas para cualquier lector sea aficionado a Jan o no, infantil o adulto. Y la edición ha quedado finalmente muy bien (salvo algún detallito que no pienso contar aquí y que afortunadamente no afecta para nada a las historietas).
P.: ¿Proyectos?
Con respecto a Jan, intentar sacar el segundo libro de Los cuentos de Din Don, si los lectores responden. Recibimos muchos correos solicitando una nueva edición de Jan. El genio humilde, pero ahí sí que sería necesario un gasto económico imposible en este momento para nuestra Asociación, a no ser que tuviera garantizada una venta mínima de 300 ejemplares. Y dudamos que haya tantos interesados, pero nunca se sabe. Si alguien quiere darnos una subvención o una donación suculenta, aquí estamos. Y aparte de Jan, tropecientos proyectos teóricos en marcha: una nueva etapa de la revista web Tebeosfera, un libro sobre historieta francobelga, otros sobre historieta underground, otro sobre un famoso autor español ya tristemente desaparecido, continuar con la colección Memoria de la historieta… Ilusión y ganas no nos faltan; tiempo y dinero, un poco sí.
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