
En La Biblioteca de… vemos el modo en que autores, editores, críticos o libreros organizan sus colecciones y sus espacios. En esta ocasión nos acercamos a Mauro Entrialgo, un autor que ha explorado como pocos el mundo del coleccionismo en sus páginas con personaje como Drugos El Acumulador. Mauro Entrialgo es uno de los más agudos observadores de lo cotidiano, un talento que le ha hecho salir del reducido mundo de las viñetas para convertirse en uno de los más reputados humoristas gráficos del país. Dentro de su trayectoria encontramos personajes míticos como Herminio Bolaextra o Ángel Sefija que realiza para el TMEO y El Jueves, dos ejemplos de su pluma afilada. Con él repasamos su colección.
¿Cuál fue el primer tebeo que recuerdas haber leído?
El primero que leí yo mismo por completo no lo recuerdo, pero sí que recuerdo que mucho antes de saber leer yo pedía a los adultos que me leyesen ejemplares de Pumby y del Capitán Trueno.
P.: ¿Y el primero que has comprado?
Tampoco lo recuerdo. Sí que recuerdo que, durante muchos años, un día a la semana mi padre nos llevaba a mis hermanas y a mí a «El Globo», una tienda de prensa (y distribuidora) de Vitoria que todavía existe, y nos compraba un tebeo cada uno. Algunos de los que elegíamos eran: Flash Gordon de Burulán, Popeye de Burulán, casi cualquier colección de Novaro, el Acordeón, el Jabato, el TBO, el Corsario de hierro, el Mortadelo, Joyas literarias juveniles…
P.: ¿Mantienes los tebeos que te enamoraron de pequeño?
Muchos, pero no todos. He ido perdiendo algunos y, en su momento, vendí muchos de lo que siempre me he arrepentido. Me deshice de montones de tebeos de superhéroes y, entre ellos, toda la colección de la Patrulla X y de Spiderman del Volumen 1 de Vértice.
P.: ¿Cuál es tu Rosebud particular?
No tengo uno rotundo. Como objeto y concepto me encanta la colección del TBO de los sesenta y setenta.
P.: ¿Cómo organizas tus bibliotecas?
En principio, por formatos. Es la mejor manera de aprovechar las estanterías. Lo más lógico sería por autores, pero por un lado es imposible ordenar así las antologías y, por otro, se desaprovecha mucho espacio ya que se necesita una profundidad y altura de baldas grande y no me cabrían todos en casa de esa manera. Por formatos, si se recuerda el formato en el que salió determinado cómic tampoco resulta difícil encontrar lo que uno esté buscando. Y si no, siempre puede uno consultar en Internet el formato y luego buscarlo.
P.: ¿Cómo compaginas los álbums europeos con las novelas gráficas o las grapas? ¿Las pones en las mismas estanterías? ¿Las estanterías se adaptan a los formatos de los tebeos o al revés?
Los álbumes europeos están en las baldas de álbumes europeos, las novelas gráficas están en las baldas de las novelas gráficas y las grapas están en las de grapas, claro, ja, ja. Las baldas se adaptan a los formatos, se construyeron con esa finalidad.
P.: ¿Compras grapas habitualmente? Si es así ¿cómo te las arreglas para guardarlas?
No demasiadas. Pero las pongo en sus baldas correspondientes en vertical sin más, como un libro más. Si tienes muchas unas sostienen a las otras y no hay demasiados problemas de deslizamientos.
P.: ¿Hay algún tebeo que te arrepientes de haber dejado y que no te han devuelto?
Sí, por ejemplo, la edición gigante de portada roja de Batman de la editorial Valenciana o el «Supermán contra Spiderman» también gigante de Novaro.
P.: ¿Regalas tebeos a los no lectores?
Si veo que aquella persona a la que voy a regalar algo tiene ciertos intereses culturales, sí. Si es un cenutrio, pues no, claro.
P.: ¿Cuál es, para ti, la joya de tu colección?
Por ejemplo, el «Con las tetas cruzadas» de Chumy Chúmez dedicado «a su compañero Mauro». También tengo un tomo recopilatorio americano de los primeros comic-books de Hulk que salió cuando apareció la serie de tele de Lou Ferrigno. Mi madre se lo compró en San Diego en el 77 a «un señor que los estaba firmando». Era Stan Lee.
P.: ¿Hay algún cómic que no te canses de releer?
Muchos. El Flash Gordon de Dan Barry o el príncipe Valiente, cuando uno los retoma, siempre vuelven a enganchar como la primera vez.
P.: ¿Hay alguno que hayas comprado varias veces?
Por equivocación, muchas veces, aunque ahora, gracias a poder consultar mi cole en Whakoom desde el móvil me pasa menos. Y a propósito, también, cuando doy con un cómic que me gusta mucho suelo comprar varios para regalar.
Por coleccionismo maniático, solo en una ocasión. Cuando en el 86 Zinco sacó Watchmen en grapa me quedé tan maravillado que estuve comprando dos ejemplares de cada número hasta que acabó la colección porque estaba convencido de que se convertiría en un clásico.
P.: ¿Compras las nuevas ediciones si incluyen extras o nuevas recopilaciones para tener toda la colección en el mismo formato?
Generalmente no.
P.: ¿Eres completista?
No. Aunque me da por temporadas. De repente me apetece tener todo lo de un autor y me pongo a ello durante unos años. Pero lo hago como juego y no como obsesión. Jamás pago más de lo que considero que vale un tebeo solo porque sea un número que me falte de una colección que quiero completar.
P.: ¿Hay alguna serie o autor del que esperes con ansiedad su nuevo trabajo?
La ansiedad juvenil por desear la aparición de algún nuevo trabajo de algún autor debo confesar que, lamentablemente, ya no la tengo. Me da más ansiedad saber que es imposible estar al día de todo lo que sale.
P.: ¿Catalogas los tebeos que tienes?
Ahora mismo sí, con Whakoom.
P.: ¿Cuántos tebeos tienes?
Según mi ficha en Whakoom en este preciso instante, 9059. Pero ahí me faltan de catalogar unas cuantas colecciones que tengo todavía en casa de mi madre.
P.: ¿Tiene cada tebeo su lugar asignado o dónde entre lo metes?
Más o menos. Cada tebeo pertenece a una sección y, dentro de esa sección, a una colección. Pero el orden de las colecciones dentro de una sección puede variar.
P.: Europeo, manga, americano, novela gráfico ¿Qué tipo de tebeo lees más asiduamente?
Leo de todo, pero creo que consumo más asiduamente humor y novela gráfica.
P.: ¿Cómo guardas los tebeos de Chris Ware?
No tengo ni un solo libro suyo y he leído muy poquitas cosas suyas. Nunca me ha atraído su rollo. Algún día me meteré a leer algo suyo con detenimiento, pero de entrada me parece muy frío. Siempre que he tenido en las manos en una tienda algo suyo a punto de comprar me he acabado decidiendo por otro libro de otro autor.
P.: ¿Cuál es el último tebeo que te ha sorprendido?
«Yo, asesino» de Altarriba y Keko. Me esperaba género negro y me sorprendió que también fuera otras muchas cosas, algunas de ellas muy inesperadas, como ensayo y autobiografía.
P.: ¿Qué haces cuando ya no tienes más sitio para guardarlos?
Hasta el momento, lo que he hecho ha sido construir más baldas. Pero hace años que, como cualquier coleccionista, pienso en que en algún momento debería donarlos a alguna institución o biblioteca.
P.: ¿Qué haces con un tebeo cuando no reúne las expectativas? ¿Lo cambias, vendes, donas o lo guardas para darle una segunda oportunidad en otro momento?
Lo guardo no sé muy bien para qué cojones.
P.: ¿El tebeo digital desplazará al de papel en algún momento? Si consigues la versión digital de un tebeo ¿te deshaces de la edición impresa que ya tenías?
Solo consumo en digital aquellos tebeos de los que no hay versión en papel. Si luego la sacan en papel, normalmente no la compro. Y si tengo la impresa, no me interesa la digital.
P.: ¿Dudas mucho a la hora de comprar un tebeo o te mueves por impulsos?
Depende el día. Normalmente, impulsos.
P.: ¿Hay algún cómic que te llame pero no te acabes de decidir?
Con el último que me pasó es con Blacksad. Ahora me he pillado el recopilatorio de todos los álbumes. Todavía no lo he leído, por cierto.
P.: ¿Compras habitualmente cómics en inglés o francés?
No habitualmente. Solo algunas cosas que no han salido aquí y no tienen pinta de que lo vayan a hacer. Por ejemplo: todo lo que encuentro de Shrigley.
P.: Si sale la edición en castellano ¿los vuelves a comprar?
No.
P.: ¿Algún tebeo inconfesable?
No, mi listado de Whakoom es público. Pero sé que hay la posibilidad de poder ocultar aquellos tebeos que tienes pero no quieres que los demás lo sepan, lo cual me parece bastante gracioso. Aunque luego lo pensé mejor y entendí algunas razones por las que alguien pueda interesarle hacer eso.
P.: Después de tantos años como lector ¿consigues mantener la ilusión al abrir un nuevo tebeo?
No habitualmente. Pero, de vez en cuando, me topo con uno maravilloso y vuelvo a recordar por qué me gusta tanto este medio.
P.: ¿Tapa dura o blanda?
Depende, no tengo preferencias. A cada contenido le puede ir bien un formato determinado y todos ellos pueden gustarme en un momento dado. Bueno, miento, todos no: detesto los Prestige. Y entre ellos, especialmente los encolados sin más que se deshojan.
P.: ¿Brillo o mate?
Para las portadas, también depende. Para las páginas interiores, cualquier cosa menos satinado brillante. Vamos, que para mí un Prestige con páginas satinadas brillantes encolado que se deshoja es lo peor de lo peor. Hasta el extremo de que si dudo una compra entre dos cómics y uno es en ese formato, siempre me llevaré el otro.
P.: ¿A que huelen los tebeos?
A buen rollo.