La ignorancia pone en duda la rentabilidad del concierto de Bertín

Que nuestra clase política esté enzarzada por el concierto de Bertín en el Soplao es sintomático

Sintomático del sectarismo en el que viven nuestros políticos.

También sintomático del desconocimiento del marketing turístico.

Da la impresión que, a falta de sólidos argumentos políticos, la anécdota se convierte en polémica.

Una polémica ficticia llena de resquemor y odio.

Y es que personajes con la fuerte personalidad mediática que posee Miguel Angel Revilla siempre levantan polvaredas.

Pero es máxima entre nuestras sectas políticas el aprovechar cualquier tema para menoscabar al partido de enfrente.

Lastimosa pérdida de tiempo que no lleva a ningún sitio. Perdida de tiempo para nuestros representantes y también pérdida de tiempo para periodistas.

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos… cantaba Pablo Milanés y no hay mayor pecado que perder el tiempo en banalidades. Pero las banalidades son la sal de la clase política de nuestros días.

A Marcano nunca se lo perdonarán

El famoso concierto de Bertín Osborne ha sido una excelente promoción para uno de los principales recursos turísticos de Cantabria. Un recurso que no es santo de devoción de la secta popular. En su día lo ninguneó. Recordemos que fue Francisco Javier Lopez Marcano, miembro del partido regionalista, quien puso en valor este recurso. El regionalismo convirtió en icono a la cueva y, lógicamente, el partido de enfrente lo demonizó. Es la patética lógica de las sectas: «Solo lo mío es bueno» creen cada uno de sí mismo.

Marcano tuvo que aguantar muchos intentos de menoscabar su acción al imaginar lo que ahora es una realidad. Marcano cometió el error de actuar rápida y eficazmente para inaugurar el recurso, lo cual me parece genial. Pero, ¡sacrilégio!, eso no son formas de actuar en la administración dicen los ortodoxos de la burocracia. Actuó con la eficacia de un empresario privado. Los ortodoxos de la burocracia administrativa, nunca se lo perdonarán.

La administración está destinada a ser lenta. La burocracia institucionalizada marca los tiempos en lo público y aunque todos lo critican, utilizan esta burocracia de mil amores si con ello se puede atacar al rival.

Magnífica acción promocional

El concierto de Bertín ha sido una magnífica inversión desde el punto de vista del marketing turístico. Ha propiciado importantísimos retornos, fácilmente valorables. Tan solo hay que conocer las tarifas publicitarias de periódicos, radios y televisiones nacionales que recogieron el evento.

Si se confirma que el costo del evento fue de 8, 10 o 18.000 euros reto a cualquier profesional a realizar una campaña promocional que pudiera obtener más impacto que lo. Conseguido. El CPI (coste por impacto) es ridículo.

Solo se entiende la crítica desde la ignorancia y el sectarismo.

Posiblemente algún asesor de comunicación indocumentado ha sido el culpable del inicio de esta polémica absurda. Es habitual que mediocres asesores  hagan quedar en ridículo a sus asesorados.