
Donde le lleven va a salir, Laura nunca. Esta frase de una familiar de Laura del Hoyo pone el dedo en la llaga. Que los asesinos y violadores, tras pasar unos años recluidos en una moderna institución penitenciaria viviendo a costa de nuestros impuestos, adquiriendo conocimiento, a costa de nuestros impuestos, puedan volver a circular libremente y así volver a asesinar, abusar o violar libremente, o en el mejor de los casos, reconstruir sus vidas en paz y felicidad, mientras sus víctimas quedan marcadas perpetuamente, engullidos por gusanos en sus tumbas, o con problemas psicológicos en el casos de los abusos y violaciones, es una muestra mas de un sistema que no defiende a los débiles.
Recientemente se aprobó una modificación del código penal en España pero muchos “progres” han puesto su grito en el cielo por la inclusión de la prisión permanente revisable.
El 25 de marzo EL MUNDO publicaba: Los españoles rechazan la cadena perpetua al saber lo que cuesta. El 70% está a favor de la medida pero baja al 48% cuando se le informa del coste, lo que habla bien a las claras del tipo de sociedad en la que estamos inmersos que antepone el interés económico a cualquier otra cuestión.
Al conocer cuánto cuesta al año mantener un preso en la cárcel (30.000 euros), la mayoría de los españoles está en contra de la cadena perpetua revisable, según un estudio publicado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). En cambio, antes de conocer este dato, el 70% de los encuestados sí que se mostraba conforme con esta medida.
http://www.elmundo.es/espana/2015/03/24/55119732268e3e07678b457c.html
El 9 de febrero EL PAIS publicaba La mayoría de los españoles avala la cadena perpetua revisable. Los votantes del PSOE se dividen y los de Podemos la apoyan por mayoría absoluta
http://politica.elpais.com/politica/2015/02/08/actualidad/1423425189_291517.html
Nuestro actual sistema protege al asesino y al violador frente a las victimas y le permite, pasados unos años, volver a obtener la libertad que sus victimas jamás recobrarán. Recientemente se ha conocido como el sistema incluso permite la falsificación de datos académicos para aminorar condenas y salir en libertad, caso del multiasesino confeso De Juana Chaos.
Y es que nuestro Estado de Derecho permite que los derechos humanos sigan torcidos y se haga realidad el viejo refran «El muerto al hoyo y el vivo al bollo» para regocijo de los gusanos en los cementerios, a los que se les sigue suministrando alimento extra, y de los psiquiatras, que tendrán nuevos pacientes en el caso de mujeres violadas.