
El pasado fin de semana tuve una experiencia vital curiosa. Fui con mi familia al cine y al ir a sacar las entradas, la taquillera me preguntó si tenía alguna promoción de descuento, yo le respondí que no pero ella se me quedó mirando y preguntó:
¿Tiene mas de 55 años? – respondí extrañado
Mujer, gracias por dudarlo, me siento mas joven con esa pregunta pero tengo 58
Entonces tiene usted un descuento – me dijo sonriente
¡No me digas! ¿pero cómo es eso? – contesté sorprendido
Pues sí los mayores de 55 tienen X euros de descuento en laborables e Y en festivos
(Escribo X e Y ya que no recuerdo las cantidades pues no salía de mi asombro)
Lo cierto es que ha sido mi primer descuento por viejo. Sentía una sensación agridulce pero muy agradable y le aseguré:
Que bien pues ahora vendremos mas al cine ¡que detalle!
También mi compañera obtuvo el descuento aunque no nos pidió el carnet, debe ser evidente nuestra edad, solo con mirarnos…
Uno no suele ser consciente del paso de los años, aún recuerdo el impacto que sufrí cuando por primera vez un chico me trató de “señor”, eso fue hace muchos años… ahora, al parecer, ya estoy entre los venerables ancianos con derechos a descuentos… así es la vida.
Siento una serena complacencia en mi nueva situación y me preparo para preguntar, vaya donde vaya ¿hay descuento para los mayores? Es un nuevo rol que te brinda la vida y hay que aprovecharlo j aja ja, con razón en twitter soy @abuelodelatleti, aunque mis hijos aún no me han dado los nietos que tan feliz me harían… tiempo al tiempo.