
Domingo, 17 de mayo. Botella y Aguirre, distantes y frías. Y no se arrancan el pelo porque son dos señoras de buena familia. No me extraña para nada esta relación. Aguirre le hizo la cama a la alcaldesa cuando se postuló para ocupar su puesto, y Botella se ha quedado compuesta y sin cargo que mascar. Tampoco garantiza la cercanía que el marido de esta sea otra de las bestias negras del PP, como la expresidenta de Madrid. Mientras Aguirre presume de haber llegado a donde ha llegado gracias a su tesón y sus muchas capacidades -en realidad lo ha hecho por el miedo visceral que provoca en su partido cada vez que tuerce el morro para abrir la boca, casi tanto como uno de los carteles electorales que está usando- Ana Botella lo tiene más difícil para reivindicarse sin que ese argumento -machista- de que sin Aznar no hubiera llegado tan lejos fluya con simpleza. Las dos tiene pinta de mujeres difíciles, así que es normal la mala relación, que tampoco será extraño que mantengan con más gente en su partido. Los gallos de corral es lo que tienen, que acojonan a las gallinas y se espantan entre ellos…
Sábado, 16 de mayo. La reina Sofía no quiere jubilarse. La madre del rey Felipe es un indudable activo para el trabajo de la Corona. Ya lo fue durante el reinado de don Juan Carlos, atesorando un respeto y un cariño populares del que prescindir sería un notable error. Doña Sofía siempre ha sabido ejercer su papel institucional con rigor y profesionalidad, las mismas virtudes con la que ahora es consciente de cuál es el nuevo espacio que ha de ocupar. Sofía de Grecia ha demostrado durante el reinado de Juan Carlos I ser un valor en sí mismo, más allá del lugar que como consorte del Monarca hubiera podido corresponderle. Incluso a pesar de ese lugar. En un país como el nuestro, donde la experiencia del que se jubila se desprecia tan rápido como se le olvida, seguir aprovechando las ganas, el conocimiento y la entrega de doña Sofía ha de tenerse por un privilegio. Agradecimiento eterno a la reina.
Viernes, 15 de mayo. El 15-M cumple cuatro años entre la ruptura y la regeneración. Y qué queda de aquello. Pues nada en realidad. Podemos se ha proclamado depositario único del espíritu aquel de queja, y ha hecho suyo el discurso de reclamación de un cambio del sistema que modernice la democracia y devuelva el poder real de decisión a la ciudadanía. Su respaldo electoral, bien es cierto que en retroceso a medida que se institucionaliza su organización y se modera su propuesta programática -o al menos eso dicen las encuestas-, aunque es elevado no refleja en toda su extensión la cantidad de gente que salió a la calle entonces. En tiempos de crisis, sin constancia en la protesta crecen el desánimo y el conformismo a partes iguales, y la reacción se hace pasiva. El sistema tiene mecanismos de reposición que cambian pelea por desapego, y que garantizan la supervivencia de los de siempre. La historia hablará del 15-M, de las manifestaciones por toda España y de la acampada de Sol, pero eso será todo…
Jueves, 14 de mayo. Sanidad incluye a gais y lesbianas entre las familias ‘con problemas’. Y se han quedado tan anchos, Parece mentira que al ministro Alonso, que fue alcalde de una de las primeras ciudades españolas en aprobar los registros de uniones civiles, no se la haya caído la cara de vergüenza explicando la parte del Plan de Apoyo a las Familias que incluye las de gais y lesbianas entre las destinatarias de especiales atenciones por resultar problemáticas. La derecha es homófoba, por mucho que se haga fotos con los grupos de lucha LGBT, se deje caer por Chueca, o tenga grupos de trabajo para tratar de los derechos de los grupos homosexuales. El PP nunca ha hecho nada distinto en materia LGBT que mantener el cinismo de proclamar su respeto pero poner cientos de trabas a la igualdad ciudadana real para gais y lesbianas. Y yo siempre me pregunto cuando esto pasa dónde está la queja de los que desde sus filas han proclamado su condición sexual homosexual y se les falta al respeto como se nos falta a los demás…
Miércoles, 13 de mayo. Rajoy hace campaña en bicicleta. Qué grandes momentos nos proporcionan las campañas electorales, que diluyen el sentido del ridículo de candidatos y líderes políticos en la necesidad de seguir el guion de la demagogia y el populismo más estridentes. No hay recato, y sobran valor y desvergüenza. La foto del presidente del PP en bici por Madrid-Río, con corbata y en castellanos, es una más de las que estos días compiten por tratar de convencernos de que los que piden el voto son gente normal que hace lo que hacemos todos, y que lo hacen además todo el tiempo. Y para nada. Se les nota mucho la tontería y la impostura, no salen naturales. Allá ellos, en realidad, que hacen un esfuerzo que a lo único que les lleva es a la hilaridad y la risión de la ciudadanía, que de tonta no tiene un pelo y a la que le falta tiempo para ponerlos en su sitio con chistes y chascarrillos.
Martes, 12 de mayo. La mitad de los españoles dice que la factura eléctrica ‘no se entiende’. Y la otra mitad no entiende que la electricidad sea tan cara. Hasta el comisario Cañete ha reconocido que no es capaz de comprender ni los conceptos ni las formulas que se emplean para calcular los importes. Y siendo eso un drama, lo lamentable es que nadie haga nada por superar el problema. Dice el sabio refrán castellano que ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, y a buen seguro que esta máxima se aplican las compañías eléctricas con las facturas para evitar una revolución de los consumidores. La luz cuesta una pasta, pero en realidad no sabemos lo que nos cobran. En esa ignorancia gana el gobierno, este y todos los anteriores, que puestos de perfil esquivan las broncas con las operadores, y ganan, por supuestísimo estas, que se aprovechan de la complejidad de su sector y de la ignorancia inducida para seguir llevándoselo caliente y a oscuras de explicaciones.
Lunes, 11 de mayo. IU propone cobrar una tasa a la banca por los cajeros en la calle. Me parece una magnífica propuesta, muy acertada. Si las cafeterías pagan por montar terrazas con sillas y mesas, por qué los bancos no van a hacerlo por los cajeros automáticos a pie de acera. Tiene parte de su negocio en el uso de los cajeros, cobrando a sus usuarios, que hacen las operaciones ocupando espacio público. Justo es entonces que abonen lo que abonan otros. En este asunto falta voluntad de las administraciones locales, seguramente por evitar enfrentamientos que no deberían ser tales, sino pura equidad. Yo incluso iría más allá, cobrándoles también por convertir los escaparates de las sucursales en gigantescos carteles anunciadores. Si los bancos nos meten a los clientes una tasa por absolutamente todo, de suyo va que los ayuntamientos se la metan por usar recursos que son de todos y a cuyo cuidado y mantenimiento se aplican nuestros impuestos, como las aceras.
Víctor Javier Cavia