De la planta del cáñamo o cannabis (Cannabis Sativa L) se destila el componente llamado THC: un extracto psicotrópico que se consigue de su flor y es utilizado habitualmente de forma recreativa. Pero, algo que no todos conocen, es que también cuenta con un componente que se utiliza para calmar diferentes dolencias y mejorar nuestras sensaciones, el conocido como CBD o cannabidol.
Su estructura molecular es muy similar en ambos casos, pero el CBD no tiene efectos psicoactivos ni produce adicción por su consumo, por lo que es completamente legal en España y en muchos otros países. Cuenta con una muy baja toxicidad para el organismo, y podemos encontrar este producto en proporciones variables según la cepa.
A día de hoy podemos encontrar en el mercado desde pomadas y cremas para uso tópico hasta aceites para usarlos en nuestra dieta, siempre cumpliendo la exigente seguridad alimentaria en la industria del cannabis. Este tratamiento complementario y natural se lleva estudiando mucho tiempo; y actualmente se prescribe para aliviar la depresión, la ansiedad, la inflamación o los dolores crónicos.
EL CANNABIDOL A TRAVÉS DE LA HISTORIA
A pesar de lo que muchos puedan pensar, el estudio del CBD y su consumo lleva mucho tiempo acompañando al ser humano. Algunas evidencias históricas demuestran que existían restos de fibras de cannabis en asentamientos humanos hacia el año 4.000 a. C. Desde entonces, numerosos grabados y escrituras han dejado claro que el cannabidol (incluso antes de conocerse como compuesto) se lleva usando como paliativo natural muchísimos años.
Su estudio en profundidad no llegó hasta el siglo XIX, de la mano del médico irlandés William B. O’Shaughnessy. Él fue el que inició diferentes estudios sobre el cannabis tratando de descubrir qué parte de la planta ofrecía esa acción terapéutica, por lo que enfocó sus esfuerzos desde una óptica farmacológica para conocer todos los detalles.
Estos primeros pasos fueron importantísimos para que en 1940 se diese un gran paso adelante en las investigaciones. El químico británico Robert S. Cahn, especializado en nomenclatura científica y estereoquímica, logró reconocer y dar nombre a la estructura del activo cannbinoide que conocemos como CBD o cannabidol.
Solo un par de años más tarde, en 1942, fue el químico estadounidense Roger Adams el que pudo aislar tanto el THC como el CBD gracias a las investigaciones de Robert Cahn. Esto daba a los científicos una visión más diferenciada de ambos extractos y les permitía estudiarlos con mayor facilidad.
Así se llegó al año 1963, cuando el científico Raphael Mechoulam pudo discriminar los efectos psicoactivos presentes en el THC al consumir cannabis, demostrando también que esto no ocurría con el cannabidol aislado.
A partir de esta importante evidencia y con la llegada de los años 70, el CBD empezó a concebirse como un producto totalmente seguro, natural y capaz de ayudar a muchas personas en sus dolencias, patologías clínicas o con cuadros de ansiedad crónicos o puntuales.
Esto fue hace apenas unos cincuenta años, pero todavía hay mucho que descubrir sobre esta planta y sobre el cannabidol, por lo que la ciencia no deja de avanzar en el camino de descubrir todas las propiedades posibles de este extracto.
EL CANNABIDOL EN NUESTROS DÍAS
Gracias a todo lo que hemos contado anteriormente, y aún con cierta dificultad, se están derribando los muros que rodean al CBD y le vinculan los mismos efectos psicotrópicos que comúnmente se asocian al consumo de cannabis. Al tratarse de un compuesto seguro y legal, cada vez es más común encontrar una enorme gama de productos que usan el cannabidol como base de su preparación.
Como comentábamos al inicio del artículo, podemos conseguir aceites (tanto culinarios como para la piel), galletas, gominolas, líquidos para vapear, maquillaje, cremas, pomadas antiinflamatorias… Un sinfín de productos que puedes conseguir en tiendas especializadas (normalmente a través de internet) y, cada vez más, en locales físicos de supermercados o farmacias.
Esperamos que esta pequeña travesía a través de la historia del cannabidol te haga querer saber más sobre este extracto del cannabis y te anime a probarlo. Descubrirás beneficios increíbles y te sentirás mejor en muchos aspectos de tu salud. Es el momento de probar el CBD e incluirlo en tu rutina diaria de alimentación o cuidados personales.