
Cuando aún era parte del Board de Fire Safety of High Rise Building, antes de mi jubilación, estudie con cierto interés la evolución del vertiginoso crecimiento de las “torres de gran altura” en el Condado Dade, y tuve la oportunidad de contactar con importantes expertos de la FIU en Arquitectura e Ingeniería de estos singulares edificios, en busca de ganar en conocimientos, dirigidos especialmente a los Códigos NFPA aplicables para su construcción y explotación, por lo general, mixtas de viviendas y uso comercial.
Era asombroso el crecimiento que en los últimos años del siglo XX estaban tomando el diseño y construcción de estos Edificios de Gran Altura, cuando hasta los finales del 90, apenas había 18 torres en todo el Condado, con alturas inferiores a los 100 metros, para pasar en pocos años a cifras astronómicas, no solo en cantidad de Tall Buildings, sino en su altura que ya entonces rozaban los 150 m.
Por eso he mirado con asombro e interés el derrumbe de la Champlain Tower de Surfside en Miami Beach[1]. Un edificio de esa época, 1981, según datos de la ciudad.
Cumpliendo las exigencias de las normativas vigentes de las construcciones de este tipo se estaban realizando trabajos de revisión/reparaciones para la inspección por el Condado para garantizar su habitabilidad, y obtener su recertificación, de acuerdo con autoridades locales. Sally Heyman, inspectora del condado de Miami-Dade, dijo: “Se estaba trabajando en el edificio para cumplir con el estándar de 40 años. Eso es algo que se ha implementado no solo para el condado, sino para todos las municipalidades y tenemos un estricto código de construcción desde el huracán Andrew para actualizaciones y mejoras”[2].
En la misma fuente aparece una información sobre un estudio publicado en 2020 por expertos de la Universidad Internacional de Florida (FIU), que señalaba que habían detectado que en la década de 1990 el área donde está ubicado el edificio se estaba hundiendo a un ritmo de 2 milímetros año, lo que calificaban de “alarmante”.
Con la subida del nivel del Mar, las propiedades pierden a razón de un 15% de su valor por año, y en ese punto se focalizaba el estudio realizado en el área del edificio, al estar en una de las áreas más afectadas por el aumento del nivel del mar y las inundaciones costeras, y no para valorar la estabilidad o solidez del edificio.[3]
Dr. Shimon Wdowinski de la FIU, un experto en Geología y Mecánica de Suelos, dijo «Fue un subproducto del análisis de los datos. Vimos que este edificio tenía algún tipo de movimiento inusual”.
Como siempre, el siniestro está compuesto por una serie de variables cuyo desencadenamiento lo provocan.
Actualmente se realizan las investigaciones primarias del siniestro, por los expertos en las diferentes ramas de la ingeniería que participan en el grupo de expertos para poder modelizar y simular computacionalmente el suceso y analizar los posibles factores que han intervenido y sus incidencia.
Esperemos que estén esos resultados científico-técnicos para sacar las conclusiones y tomar las medidas correctoras imprescindibles para evitar nuevos sucesos.
Jorge A. Capote Abreu
Santander, 25 de junio de 2021
[1] 8777 Collins Ave. SURFSIDE, Fla. 33154
[2] Tomado de BBC News- https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57575165.amp
[3] https://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article239349748.html