En EL PAÍS[1] de hoy 20.10.2020, hay un artículo de Nuño Domínguez “Los científicos que crean nuevos coronavirus infecciosos para salvar vida” en el que el Dr. Luis Martínez-Sobrido, microbiólogo español que trabaja en el Instituto de Investigación Biomédica de Texas (EE.UU.) dice: “La forma de entender un virus es aprender a crearlo”. Varios equipos perfeccionan la técnica para crear SARS-CoV-2 artificiales con los que entender mejor al patógeno y desarrollar una versión inocua que pueda servir de vacuna.
Basado en el principio de aprender TODO del nuevo patógeno, científicamente conocido como el SARS-CoV-2[2], y cuya enfermedad comúnmente conocemos como COVID-19 hace que en los laboratorios se intente crearle o recrear a este monstruo viral, con su genoma de casi 30.000 letras de ARN para hacer su mortífera acción en las células humanas.
Me hace pensar que si en este “juego científico”, que no es simulación computacional, ni algoritmos de Inteligencia Artificial, sino moléculas y medios biológicos que cuentan con las cadenas de instrucciones de su ADN o de esas cuatro letras – A, C, G, T o U si se trata del ARN. Moléculas que infectadas de algún animal de laboratorio, se somete a cultivo y tratamientos de ensayos, recreando el patógeno…. ¿Y si nos equivocamos y se nos “escapa” el fenómeno? ¿No seria esto lo que paso en el prestigioso laboratorio del epicentro de la pandemia en Wuhan (China)?
Yo sigo, con esa idea, que no se me quita de la cabeza, mas por mi ignorancia de este tema, que por tozudez, para borrar los errores que los humanos cometemos a diestra y siniestra, en TODOS los ámbitos del saber.
¡¡ MEJOR, NI PENSARLO!!
[1]https://elpais.com/ciencia/2020-10-19/los-cientificos-que-crean-nuevos-coronavirus-infecciosos-para-salvar-vidas.html
[2] El coronavirus SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus que puede afectar a las personas y que se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China