
Los propietarios pueden dirigirse a las dependencias de ambos servicios, en el Ayuntamiento y en el edificio Ribalaygua. La concejala de Economía y Hacienda reitera la máxima disposición del Consistorio para resolver las dudas de los vecinos y facilitarles toda la información con claridad y transparencia
Los servicios de Urbanismo y de IBI del Ayuntamiento santanderino informarán de forma individualizada a los afectados por los cambios de valoraciones catastrales en la franja norte del municipio y aclararán sus dudas caso a caso.
De esta forma, se analizará cada situación concreta y se explicará a cada vecino que lo desee cómo afectan esos cambios a sus parcelas o inmuebles y qué efectos tiene en su caso particular.
Según ha señalado la concejala de Economía y Hacienda, Ana González Pescador, en la revisión de valores catastrales que ha realizado la Gerencia del Catastro en esta zona de la ciudad se dan casos muy diversos, en función de las distintas clasificaciones de suelo y de las características de cada parcela.
Por eso, después de las dos reuniones informativas celebradas ya con representantes de las asociaciones de vecinos y con afectados de la zona para explicarles en líneas generales los cambios, los servicios municipales están a disposición de los afectados para analizar sus casos de manera individualizada y terminar de aclarar sus dudas.
En concreto, los vecinos pueden dirigirse tanto al servicio de Urbanismo, ubicado en el edificio Ribalaygua (calle Los Escalantes, 3), como al servicio de IBI, en el Ayuntamiento.
González Pescador ha reiterado la máxima disposición del Consistorio para resolver las dudas y consultas de los propietarios y para facilitarles toda la información con claridad y transparencia.
También ha recordado que los afectados pueden acudir a la Gerencia Regional del Catastro (calle Hernán Cortés, 39), que es quien ha puesto en marcha este procedimiento de revisión de los valores catastrales en la zona para adecuarlos a las nuevas clasificaciones otorgadas a esos terrenos en el Plan General de Ordenación Urbana de 2012.
La concejala ha subrayado que en este proceso el Ayuntamiento ha tratado de ofrecer siempre las soluciones más favorables para los vecinos.
Así, ha señalado que el Consistorio atendió en su día las peticiones para que los suelos que hasta ahora eran rústicos y no tenían posibilidad de desarrollo pasaran a ser suelos urbanizables en el nuevo PGOU, lo que se ha traducido en una revalorización del terreno.
Después, también fue el Ayuntamiento el que pidió que se paralizara el procedimiento iniciado en el año 2014 por el Catastro para incorporar esos terrenos como suelo urbano a efectos catastrales, lo que se habría traducido en una mayor valoración catastral de la que finalmente se ha realizado.
De esta forma, tras los cambios aprobados en la normativa estatal en 2015, que determinan que los suelos urbanizables que no cuentan con ordenación detallada (bien a través de un plan parcial o del propio plan general) seguirán tributando como rústicos a efectos catastrales, se ha realizado la revisión de valores en esta zona de la ciudad, manteniendo la consideración de rústico para los suelos urbanizables mientras no se aprueben instrumentos para su desarrollo.
En definitiva, se ha evitado que esos suelos empezaran a tributar como urbanos y, finalmente, seguirán considerándose suelo rústico a efectos catastrales mientras no tengan ordenación detallada, ha apuntado la concejala.
Por otro lado, ha resaltado que aproximadamente la mitad de los propietarios afectados por las revisiones catastrales al alza, y que han visto por tanto revalorizados sus terrenos, tienen parcelas de menos de 2.000 metros cuadrados por las que pagarán entre 4 y 30 euros al año en concepto de IBI.
Por último, ha hecho hincapié en que este proceso no va a suponer un aumento de la recaudación para el Ayuntamiento, sino al contrario, ya que en otros casos hay propietarios que pagarán ahora menos el recibo del IBI, de tal manera que el balance final para las arcas municipales supondrá un descenso de ingresos de alrededor de 34.000 euros