Eran las 16.30 del miércoles 9 de junio y Beatriz Hernández estaba viva. La joven, de 29 años y residente de Cirugía en el Hospital General de Pachuca, en Hidalgo, atravesaba el pequeño municipio de Progreso de Obregón, al sur del Estado. Iba a pasar unos días con su familia en Presas. Su abuela la estaba esperando con la comida en la mesa. Llevaba el maletero cargado de bolsas e insumos médicos. A las 16.40, la doctora tuvo un choque múltiple con otros tres vehículos en la carretera principal del pueblo. No hubo heridos. En 30 minutos llegó la policía, que sometió por la fuerza a Hernández y se la llevó arrestada. A las 17.45, la doctora ingresó en la comandancia municipal y quedó retenida en una celda. Una hora después, Beatriz Hernández estaba muerta.
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Author: Beatriz Guillén
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