
Incluso conceptos básicos de la Inteligencia Artificial (AI – Artificial Intelligence) desde que empecé a enfrentarlos en los albores de la década del 90 del pasado siglo hasta hoy han sufrido grandes transformaciones, no solo semánticas, sino conceptuales y de base científico-matemática.
Nunca pensé tropezaría con esa piedra a lo largo de la vida científica y académica, impuesto por la presencia, casi absoluta, de sus técnicas aplicadas a multitud de aspectos de los trabajos de investigación y desarrollo de laboratorio que ellos le implicaban.
Acabo de leerme un artículo en el periódico ABC de Luis Ventoso, titulado “La inteligencia artificial acelera (y no queremos enterarnos)”[1], que envió un apreciado y distinguido amigo, que ha sido como un revulsivo de interés que no puedo dejar de sintetizar en unas líneas en este trabajo.
Lo que en 1990 la AI era: “Un sistema basado en el conocimiento, es una aplicación informática en la que aparece representado, como estructura de información procesable, el conocimiento para resolver un tipo de problema…”, actualmente ya es, para unos: “la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano”, mientras, para otros: “es la inteligencia llevada a cabo por máquinas”, por solo reflejar estos dos conceptos, sin entrar en las intríngulis más avanzadas y desarrolladas de la AI.
En 1996 una máquina, IBM Deep Blue[2], venció al campeón del mundo Garry Kaspárov (el Ogro de Bakú) en New York, fue el comienzo de una nueva era en la AI: una máquina capaz de batir al actual campeón humano en el juego más intelectual. En el libro “Deep Thinking: Donde termina la inteligencia artificial y comienza la creatividad humana”, el campeón mundial describe cómo se sintió al diseñar una estrategia contra un oponente implacable e infatigable con todo el mundo mirando, y relata la historia de la inteligencia artificial a través del microcosmos del ajedrez.
Mucho ha llovido desde aquellos años y hoy los microchips se duplican cada año según las predicciones de Gordon E. Moore, la Ley Moore, los avances en la potencia informática, la disponibilidad de enormes cantidades de datos y nuevos algoritmos han permitido que se den grandes avances de AI en los últimos años y ya es prácticamente imposible conocer un campo de la industria o la ciencia donde las aplicaciones de la AI no estén presente con fuerzas: compras por internet, búsqueda en la web, asistentes digitales, traducciones automáticas, infraestructuras inteligentes aplicadas a casas y/o ciudades, vehículos automotores, ciberseguridad, o incluso para la lucha contra el COVID-19. Con la AI se pretenden transformar todos los aspectos de la vida y la economía, y por eso coincido con el mensaje de Luis Ventoso en su artículo, cuando subraya “…Y no queremos enterarnos”, por la triste desidia con que la afrontamos a nivel nacional.
Es imposible desoír el clamor creciente de aceptación de la aplicación y desarrollo de la AI en prácticamente todo el espectro del saber y hacer humano. No recuerdo donde leí, que el 88% de los europeos admitía como imprescindible el desarrollo y la inserción de la AI en sus actividades.
No debemos ponernos de perfil, y dejar que otros creen y desarrollen conocimientos y sus aplicaciones. Estamos en la obligación de propiciar un desarrollo nacional, competitivo y de primer orden científico en AI, y personalmente creo que tenemos en España, las capacidades humanas e infraestructuras imprescindibles para ello, solo deben incentivarse y potenciarse las que están en desarrollo en Universidades y Empresas favoreciendo la aparición de Spin Off especializados y el empoderamiento de esta importante rama del saber humano.
Recomiendo que leamos el artículo de ABC, y que hagamos todo cuanto esté en nuestras manos para que el aceleramiento de la AI sea bajo tutela y control, muy especialmente en el horizonte bélico en que como afirmaron en 2015 Stephen Hawking y más de un millar de científicos llegando incluso a reclamar su prohibición.
Jorge A. Capote Abreu
Santander, 19 de marzo de 2021
[1]https://www.abc.es/sociedad/abci-inteligencia-artificial-acelera-y-no-queremos-enterarnos-202103151919_noticia.html
[2] Deep Blue fue una supercomputadora desarrollada por IBM para jugar al ajedrez. Fue la primera que venció a un campeón del mundo vigente, Gary Kaspárov, con un ritmo de juego lento.