
Biopic sobre la famosa pintora mexicana Frida Kahlo, centrada en su tormentosa relación con Diego Rivera; desde su larga y complicada relación con su mentor y marido, hasta su controvertido e ilícito affaire con León Trotsky, pasando por sus provocativas aventuras amorosas con mujeres, Frida Kahlo fue una mujer radical y revolucionaria en todos los aspectos de la vida.
FICHA TECNICA
Título: FRIDA
Duración: 120 min. (Estados Unidos. 2002)
Director: Julie Taymor
Guión: Clancy Sigal, Diane Lake, Gregory Nava, Anna Thomas. Libro: Hayden Herrera
Fotografía: Rodrigo Prieto
Música: Elliot Goldenthal
Reparto: Salma Hayek, Alfred Molina, Mía Maestro, Roger Rees, Geoffrey Rush, Ashley Judd, Antonio Banderas, Edward Norton, Patricia Reyes Spíndola, Valeria Golino, Saffron Burrows, Chavela Vargas, Diego Luna, Margarita Sanz, Loló Navarro, Aída López, Alejandro Usigli, Lila Downs, Enoc Leaño.
Productora Miramax
Premios
2002: 2 Oscars: Mejor maquillaje, banda sonora original. 6 nominaciones
2002: Globos de Oro: Mejor banda sonora original. 2 nominaciones
2002: Premios BAFTA: Mejor maquillaje. 4 nominaciones, incluyendo mejor actriz (Hayek)
2002: Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia
2002: American Film Institute (AFI): Top 10 – Mejores películas del año
2002: Critics’ Choice Awards: Nominada a mejor actriz (Hayek) y actor secundario (Molina)
2002: Sindicato de Actores (SAG): Nominada mejor actriz (Hayek) y actor sec. (Molina)
2002: Asociación de Críticos de Chicago: 2 nom., incluyendo Mejor actriz (Hayek)
Criticas
- “Apasionada aunque no apasionante biografía (…) No me molesta ni me aburre casi nada de las intimistas e históricas cosas que narran, pero soy incapaz de vibrar con las sensaciones al límite (…) sin capacidad de contagio emocional”- Carlos Boyero: Diario El Mundo
- “Una película blanda sobre una vida dura, sobre un tiempo duro y sobre una secuencia de acontecimientos más que dura, durísima, que la señora Taymor trivializa y acaramela. (…) Hayek se parte el alma derrochando convicción y ganas de hacerlo bien en su composición, físicamente prodigiosa, de la pintora” – Ángel Fernández Santos: Diario El País
- “A veces tenemos la sensación de que va corriendo de un evento colorido a otro sin respirar, pero a veces, así es como debe haberle parecido su vida a Frida (…)” Puntuación: ★★★½ (sobre 4) – Roger Ebert: Chicago Sun-Times.
- “Taymor la mantiene vívida y colorida, pero su inconformismo está paralizado por un guion determinado a detenerse en todos los grandes momentos de la vida de Frida, sin darles tiempo para resonar (…)” Puntuación: ★★ (sobre 4) – Peter Travers: Rolling Stone.
- Los que no estén familiarizados con la vida y obra de Kahlo, la encontrarán enérgica e instructiva, pero la profundidad de personajes y la reflexión sobre el proceso creativo no son partes de su ecuación hagiográfica» – Time Out.
MIS COMENTARIOS
No había visto esta película y, me la recomendaron por algunas escenas de carácter histórico entre Frida y Diego Rivera, así como sus escarceos con Trotsky. Me permito el reiterar lo de “Apasionada aunque no apasionante biografía” que usa en su crítica de El Mundo el crítico Carlos Boyero.
Entré en Frida Kahlo en su día, por su vinculación con el gran muralista mexicano Diego Rivera y, de otra mano por su pintura, no del todo a mi gusto. Sus autorretratos, sin pudor y un cuerpo atormentado por dolencias crónicas. Fue el campo de mi interés, en medio de una riqueza cromática básica y casi salvaje.
Frida funde el surrealismo popular con clásicos estudiados durante su formación académica, ceñida a las referencias de sus pintores favoritos: Brueghel y El Bosco.
La presencia de Rivera, el mejor de los amigos y el peor de los maridos, marca el tiempo biografiado, que arranca con el traslado en cama de Frida, en lo último de su corta vida. Inutilizada por los dolores, hinchada por la morfina, la llevan a la única exposición que celebró en su país. Por el camino, un flashback la regresa a sus 15 años (1922), alegre colegiala que corre con los compañeros a espiar cómo el “barrigón” Rivera examina de cerca de una modelo al pie del mural que pinta en la Preparatoria.
El accidente, que a los 18 años le dejó lesiones permanentes en la columna, no limitó su iniciada obra gracias a un caballete preparado por su padre, el fotógrafo húngaro. El estímulo vital le vino del muralista Diego Rivera, a quien Frida mostró sus primeros cuadros. El mujeriego Rivera captó talento y la animó decisivamente. Empezó entonces una tormentosa relación entre la desigual pareja. Durante los tormentosos 25 años que les unieron, se casaron dos veces y se auparon recíprocamente como creadores. Rivera en el objetivo de representar la Historia con realismo cubista, y Frida su juego de máscaras de su visionaria vida interior, conectada a raíces mexicanas.
La apasionada unión de ambos pintores, las tiranteces y desencuentros, el activismo comunista y las fiestas de intelectuales bohemios, el viaje a EE.UU. para unos encargos, la rivalidad con Siqueiros y Orozco, las infidelidades, los escarceos, la maternidad frustrada, las recaídas, la íntima amistad del refugiado Trotsky, la gangrena y la silla de ruedas… Y todo el tiempo su autorrepresentación en numerosos cuadros pequeños, tan oníricos como exactos, hasta concluir flashback y película sobre quien, coherente, decía “esperar alegre la salida, deseando no volver jamás”.
No me atrevo a recomendarla, pero depende de los valores e interés personales de quien las visualice. En mi caso no cumplió las expectativas que me había hecho, al margen de las actuaciones validas e indiscutibles del elenco de la película desde Salman Hayek, A. Molina y Geoffrey Rush en sus papeles de Frida, Rivera o Trotsky, respectivamente.
Jorge A. Capote Abreu
Santander, 25 de febrero de 2022