Errejón no acude al Consejo de Podemos para evitar «tensiones» e Iglesias participa por teléfono

JAVIER GARCÍA MARTÍN

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias

El Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, su máximo órgano entre asambleas, se reúne esta tarde en su cuartel general de la madrileña calle Princesa para atajar la crisis de identidad que vive el partido tras el volantazo de Íñigo Errejón.

Una cita que uno de sus gurús ideológicos, Juan Carlos Monedero, considera ya como la de la refundación, y que se celebrará sin la presencia de ninguno de sus protagonistas: Pablo Iglesias y el ya exdiputado. Este último ha sido el primero de los dos en confirmar que se hará a un lado para «desdramatizar y calmar las aguas». «Después de escuchar los vetos, lo último que necesitamos son más tensiones. No vamos a acudir y esperamos que eso sirva para lograr un acuerdo«, han informado fuentes cercanas a Errejón unas dos horas antes del inicio de la cita.

«Le exigieron dejar el escaño y lo hizo. Ahora le exigen que hoy no vaya y tampoco hay problema. A lo único que no va a renunciar es a las ideas«, agregan desde su entorno. «No deberíamos encerrarnos en discusiones de partido«, apremian.

Nueva carta de Iglesias

Iglesias decidió adelantar unos días esta convocatoria urgente prevista inicialmente para el sábado con el objetivo de tomar ya el control de una tormenta que no supo prever. Según los estatutos, el secretario general es el encargado de presidir el debate. Suya es, de hecho, la primera intervención, en la que se fija la postura oficial que se somete al escrutinio de la dirigencia.

Sin embargo, a través de una carta publicada en Facebook poco después de que Errejón comunicara su baja, Iglesias ha confirmado su ausencia: «Me conectaré por teléfono en la medida en que las tareas que conlleva mi permiso de paternidad me lo permitan, como hizo Irene [Montero] en el último Consejo», ha indicado. Así, previsiblemente delegará sus funciones en la portavoz en el Congreso o Pablo Echenique.

Su discurso no se retransmitirá, pero en su misiva ha dejado algunas claves de su intervención. Asegura que «la propuesta de superar Unidos Podemos» que a su juicio representa Más Madrid «no se ha discutido» en el partido y delega cualquier variación de ese rumbo a «los inscritos y los espacios colectivos de dirección». Y agrega que «Íñigo, a pesar de todo, no es un traidor, sino que debe ser un aliado», por lo que pide dejar a un lado «la indignación ante la falta de respeto» que le atribuyen hacia esos órganos morados. «Nuestro trabajo es ser útiles a la ciudadanía y ello pasa por ser generosos y responsables tratando de construir una confluencia lo más amplia posible«, señala.

«Debe hablarse de programa, de proyecto para Madrid y también de procedimientos de participación y decisión con Izquierda Unida y con los actores con los que hemos construido Unidos Podemos. Debe hablarse también con otros actores de la sociedad civil y por supuesto con el partido de Íñigo y Manuela. Pero, para llegar a ese punto, Podemos necesita tener un debate propio sin que se le pretenda imponer tragar con platos precocinados«, prosigue Iglesias.

Por último, sostiene que «Carmena no es lo que fue pero representa lo más útil que hay para impedir que la derecha reconquiste el poder municipal en Madrid» y, aunque saluda la creación de candidaturas municipalistas «transformadoras» por parte de alguno de los impulsores de la extinta Ahora Madrid, defiende consolidar la apuesta por la alcaldesa.»Ojalá Manuela quisiera contar con nosotros en esa tarea respetándonos como partido y proyecto colectivo», desliza en referencia al plante a su secretario general en la capital, Julio Rodríguez.

Capear la estampida

Lo cierto es que, desde que se apartó de los focos mediáticos a comienzos de enero, Iglesias solo había roto su silencio una vez. Lo hizo, también, por carta, para mostrar su «sorpresa» ante la «maniobra» de su antiguo adlátere y situarle fuera del partido con su ya famosa sentencia ‘Íñigo no es Manuela’. Desde entonces, Podemos había mantenido la tesis de que, mientras que no opondrían resistencia a la regidora, competirían con el exparlamentario en las elecciones autonómicas con una lista alternativa. Sin embargo, este lunes, Montero templó esa posibilidad al ordenar el «cierre de heridas» y abogar por una sola candidatura a la izquierda del PSOE.

Hoy, con las palabras de Iglesias de fondo, la dirección morada espera acabar el cónclave con una decisión clara al respecto, una «hoja de ruta» que dé estabilidad a la organización y paute cómo debe ser la relación con Errejón. Nadie quiere abrir un solo milímetro la puerta para que le salgan imitadores en otros territorios en lo que sería un desmembramiento fractal del partido.

Pero, para eso, el pablismo debe encontrar un punto de equilibrio para persuadir al sector errejonista de que no abandone sus filas en masa. En la Asamblea de Madrid, por ejemplo, son mayoría y es difícil creer que, en un contexto de guerra abierta, los diputados regionales que han hecho campaña a su lado –en Vistalegre 2 o en las primarias locales– fueran a enfrentarse a él en las urnas. Oficialmente, la dirección espera resolver el sudoku lanzando «un mensaje de unidad» tanto a la militancia como a las federaciones.

El toque regional

Precisamente, en esta ocasión tendrá especial interés lo que puedan exponer los líderes autonómicos que el pasado viernes firmaron la llamada Declaración de Toledo, en la que exigieron cooperación. «Mucha gente en los territorios está desconcertada y no entiende la dinámica de competencia», afirmó ayer el líder en Castilla-La Mancha, José García-Molina, cercano a la dirección. «No es imaginable un Podemos sin Pablo Iglesias, como no es imaginable un Podemos sin Íñigo Errejón», arengó, por su parte, el dirigente de Murcia, Oscar Urralburu, próximo al ahora cabeza de lista de Más Madrid.

El propio candidato no quiso desvelar ayer sus cartas y mantenía hasta esta mañana el misterio. Todavía secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político, aseguró el fin de semana que participaría en el Consejo de una organización de la que reivindica su copyright. Sin embargo, había coleccionado un ramillete de peticiones públicas para que no lo hiciera. La última, este martes: «No es muy coherente ir al máximo órgano de dirección por otro partido político», le espetó Belarra. «Cuantos más estemos, mejor», había replicado después la portavoz madrileña Clara Serra, afín a él.

Cumbre de izquierdas 

Mientras tanto, IU continúa con sus labores de «pegamento» de la izquierda para amalgamar una sola lista. Tras reunirse con delegados de Más Madrid y encontrar «sintonía» de confluencia en esas siglas, la federación autonómica de IU cerró este martes la primera fase de su ronda de conversaciones para resucitar las tesis unitarias.

Su cúpula se había comprometido a presentar una «propuesta de desbloqueo» al resto de actores políticos de izquierdas de la Comunidad que, tras varias horas de debate interno, finalmente se ha traducido en la convocatoria de una cumbre conjunta el próximo lunes, como ha avanzado hoy este medio.

Durante la mañana de ayer, Alberto Garzón, al que se presupone un mayor interés en anteponer el pacto previo con Podemos, había defendido ya «una candidatura de unidad democrática» y «colectiva».

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Author: JAVIER GARCÍA MARTÍN