Busquet: «Una sola editorial no daría abasto a publicar todo lo que escribo»

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Busquet es uno de los autores más prolíficos de nuestro mercado. Un guionista todoterreno que compagina multitud de proyectos con todo tipo de dibujantes, géneros y editoriales. Desde sus comienzos con Manticore, siguiendo su trayectoria podemos visualizar la historia editorial de los cómics en el país a lo largo de los últimos años. El humor está presente en todas sus obras y, a través de su presencia en las redes sociales, se ha convertido en uno de los autores más queridos por el fandom. Desde su canal de youtube satiriza la profesión de guionista y riéndose de todo y de si mismo comienza a organizar sus propias jornadas de cómic: Bulldog Con. Con Busquet repasamos su trayectoria.

Pregunta: ¿Cuáles fueron los tebeos que te hicieron desear convertirte en autor?.
Respuesta: No recuerdo que tebeos me hicieron decidirme a dedicarme a esto, probablemente fue un cúmulo de más factores además de leer cómics desde siempre. Cuando era pequeño quise ser veterinario, actor, otras cosas. Me fui convirtiendo en autor poco a poco, descartando otras cosas ya que el cómic siempre estuvo ahí. Hubo un momento en el que tuve que decidir qué carrera seguir y con mis pésimas notas, convencí a mis padres para apuntarme a la Joso. Tuve mucha suerte, siempre me han apoyado. Lo que si recuerdo más o menos fue los tebeos que me impulsaron a dibujar, los cómics de Bruguera y los francobelgas en general, desde la revista Spirou Ardilla a Fuera Borda. Los dos cómics que de pequeño probablemente más me inspiraron fueron Superlópez y Los Pitufos.

P.: Estudias en la Escuela Joso en una época en la que el mercado editorial en España presentaba síntomas de cambio. Caen las revistas y el modelo francés parece perder potencial. ¿Cómo vives el salto de las aulas al mercado laboral?
R.: Por aquella época no era muy consciente de cómo estaba el mercado, a través de los fanzines y de los compañeros de clase conocía algunas cosas que se hacían pero aún tenía ilusión de que había un gran mercado y tal, no conocía los entresijos de todo. Esa ingenuidad y atrevimiento que con 16 años te hace plantarte en la redacción de El Jueves a enseñar muestras, sin darte cuenta de que lo que haces es muy malo. Luego comencé a hacer cosas estando aún en la escuela, haciendo trabajos de publicidad y algún cómic de encargo. Y los fanzines, claro. El gran salto a publicar fue con Manticore, en Camaleón, junto a Ramón F. Bachs.

P.: Comienzas a publicar en fanzines en los primeros años 90. ¿Cómo recuerdas aquella época?
R.: Conocí los fanzines gracias a las secciones donde los reseñaban en los cómics de Planeta y Zinco. Luego compré alguno como el Kiusap de Cels Piñol o Fénix, hecho si no recuerdo mal por Kano. Antes de entrar en la Joso decidí hacer un fanzine, Drak, junto a unos amigos, en el primer número entrevisté a Cels Piñol. Aunque no me he prodigado mucho, siempre me ha gustado el tema de hacer entrevistas y artículos.
Dentro de la Joso conocí los fanzines que se hacían ahí como Croquis, Amaniaco o GÑ! donde publicaron autores como Homs, Roger Ibáñez, Francis Portela, Elías, Mariano de la Torre, J.L. Reyes, Ricardo Peregrina, Jordi Canyissà, Féliz Sánchez, J.A. Noé y muchos de los que me olvido.
No saque muchos fanzines, ni tuvieron mucha repercusión se vendieron en un par de librerías y en la Joso, salvo quizás, uno que dedicamos a la muerte de Son Goku, en plena fiebre de las fotocopias de Dragon Ball que fue un súper exitazo de ventas.
Con los fanzines fui a algunas ferias de fanzine en Barcelona o Terrassa e incluso recuerdo una tertulia sobre fanzines en un bar perdido del gótico con Txiqui Trepax y alguno más que no recuerdo. Se hacía mucho fanzine en aquella época, creo que más que ahora, donde a veces, por calidad de impresión y diseño, es difícil distinguir una publicación profesional de un fanzine. También está internet, los webcómics y demás, ya no hace falta que saques dinero de donde puedas y te pelees con la copistería para hacer algo.

P.: Comentabas que tu salto al gran público llegará con Manticore, ¿Cómo nace la obra?
R.:De Ramón conocí su trabajo antes de conocerlo a él, íbamos a clases diferentes pero un profe nos enseñó cosas suyas en plan “mirad que crack”. Luego coincidimos en clase y ahí comenzó todo. Ramón tenía el personaje de unos trabajos de ilustración para la clase de Pasqual Ferry (tuvimos unos profesores de lujo). Cuando surgió la idea de hacer un fanzine entre todos, me propuso hacer algo con el personaje. Aunque solo se publicó un número de Asmatic Stories (así se llamó la cosa), llegamos a hacer dos entregas más, que fueron las que enseñamos a Camaleón en la zona profesional del salón de Barna del 96. Me encontré a Ramón allí, venía de enseñarles muestras a Panini Italia sin mucho éxito ya que no llevaba cosas de bárbaros a lo Conan que era en lo que estaban interesados. Le propuse de enseñárselo a Camaleón que tenían un puestecillo allí y enseguida dijeron que sí. Claro que luego, después del verano, cuando les llevamos el cómic acabado, Ramón había cambiado de estilo y ahora era el que todos conocéis. Al principio les sorprendió pero les gustó igualmente. Y así, en el salón del manga del 96, en octubre o noviembre, salía el primer número de Manticore.

P.: ¿Cómo funcionaba la editorial?
R.:Cuando llegamos nosotros, la editorial ya había publicado cosas tan interesantes como Mondo Lirondo, Ambigú, B3 o Tess Tinieblas y tenía ese súper éxito que fue Dragon Fall, un fenómeno que no se ha vuelto a dar en nuestro país. Eso le permitió publicar muchas otras cosas, como lo nuestro, allí hubo cabida para todo tipo de cómics, de todos los géneros y en todos los formatos. Y ayudaron a crecer a otras revistas y editoriales, ayudándoles a imprimir o co- produciendo (no sé los detalles) revistas como Dolmen o U. Y también produjeron sus propias revistas, claro, Slumberland y Neko. Tengo muy buenos recuerdos de aquella época, hice muchos y buenos amigos, aprendí muchas cosas sobre el mundo editorial. Con ellos publiqué cinco números de Manticore. Fedor Stratocuster y Hallelujah Jones, Mektan y el libro sobre Jim Henson, La diferencia entre Arriba y Abajo. Maquetando este último pasé un par de semanas muy divertidas en la redacción trabajando allí. Buenos tiempos.

P.: ¿Cómo nace La diferencia entre arriba y abajo?
Por aquella época estaban muy de moda ese tipo de libros, los teóricos sobre cualquier tema. Por aquel entonces, como Internet no era lo que es ahora, conseguir información era mucho más complicado. Camaleón comenzó también a editarlos y creo recordar que les propuse hacer uno sobre los teleñecos.

P.: ¿Por qué tu primer libro es sobre Jim Henson?
Soy muy fan de Jim Henson y de su trabajo así que la elección del tema fue fácil. Otro libro que iba a escribirles era sobre John Carpenter pero antes de comenzar, cerró la editorial.

P.: ¿Crees que es posible reeditar la obra para los que la desconocen?
Habría que darle un gran repaso para volver a sacarlo, desde entonces han pasado muchas cosas y se podría ampliar todos los capítulos con muchísima más información y, de todas formas, hay libros en inglés muy interesantes, por gente que sabe más y escribe mejor que serían más interesantes que se tradujeran.

P.: Volviendo a Manticore, ¿Cómo organizabais el trabajo Ramón y tú al realizar la serie?
Antes de comenzar un número siempre hablamos de lo que nos apetecía hacer en esa entrega. Luego yo escribía el guión y Ramón lo dibujaba. En el primer número hice pequeños storys, guiones visuales, no en plan “esto tiene que ser así” sino para que Ramón se situara rápidamente en la página pero a partir del dos me pidió hacerle un guión técnico porque se dejaba llevar demasiado por mis storys y hacia algunas páginas igual, aunque no era mi intención, así tenía más libertad. Con cada autor trabajo de una forma diferente. Me gusta escribir guiones completos, que funcionen por si mismos si el dibujante los dibuja tal cual. No me gustan los guiones (de hecho, no los llamaría guiones) que son en plan “De la página 4 a la 7 los personajes se pelean. Gana el bueno”. Me gusta entregar guiones que funcionen igual aunque la persona que los va a dibujar no esté inspirada o no tenga ganas de pensar ese día. Pero a pesar de darlos completo, espero que los dibujantes aporten, cambien y mejoren la historia, tienen libertad.

P.: En Manticore se ven algunas de las constantes de tu trayectoria. Un gran amor por la aventura y los géneros y una apuesta clara por el humor más allá del tema a tratar
R.:Me cuesta no sacarle humor a todo y en la mayoría de mis obras, o todas, siempre está presente de una forma u otra. La aventura es un género que me encanta en cualquier ambientación. En Manticore también hay algo que me gusta mucho y es los personajes con pasado, no me gusta explicar los orígenes, prefiero explicar personajes que han vivido ya muchas aventuras o que están al final de su carrera.

P.: En Manticore pronto vas elaborando tramas más desarrolladas y configurando un universo cada vez más complejo dando la sensación que aún tenías muchas cosas por contar ¿En algún momento te has planteado retomar la serie?
Tenía muchas historias pensadas para los personajes, incluidos algunos giros “sorpresa” que ya teníamos decididos desde el primer número pero la cosa se quedó ahí. Hubo posibilidades de continuarlo en otras editoriales pero al final ninguna de esas oportunidades cuajó. Por otro lado Ramón comenzó su carrera dibujando para el mercado estadounidense lo que hizo más complicado que siguiéramos intentándolo. Con el tiempo, intentamos publicarlo en Estados Unidos un par de veces pero no hubo suerte. Hemos hablado de continuarlo varias veces pero aún no se han dado las circunstancias apropiadas. Hace ya unos cuantos años comencé a hacer un tomo con historias cortas de varios autores, algunas de las cuales ya están hechas, pero las obligaciones de algunos de ellos y que no me he puesto nunca en plan editor pesado a perseguirles han hecho que todavía no haya salido. El año que vine hará 20 años que salió el primer número de Manticore así que igual es un buen momento para sacarlo y quizás hacer una expo o algo para celebrarlo.

P.: ¿Crees que la serie podría encontrar un hueco en la época actual?
Yo creo que sí que podría, hoy en día, afortunadamente, hay hueco para todo tipo de producto ¿por qué no para Manticore?

P.: Ramón y tú formáis un tándem creativo que os lleva a colaborar en Saturn Babe y Fan Hunter para Planeta. ¿Cómo va evolucionando el trabajo conjunto en cada obra?
Todo fue surgiendo de forma natural, sin plantearnos mucho. Antes de Manticore, junto a Albert Xiqués, Ramón dibujó la mini serie Yinn (guionizada por Josep Mª Polls) para Laberinto. Ya casi al final, antes de que cerraran, les presentamos Saturn Babe y coló. Poco después también reeditamos allí Manticore en un solo tomo. En las dos cosas estuvo involucrado Cels Piñol como ayudante de Toni Guiral y en el tomo creo que ya como editor, así que cuando convenció a Planeta para sacar especiales de Fanhunter con varios autores, nos tenía a mano para proponer que le hiciéramos uno.

P.: Planeta realiza un intento de publicar obra propia de autores españoles creando la línea Laberinto siguiendo las pautas marcadas por Camaleón. ¿Cómo funcionaba la línea?
No lo viví en primera línea porque cuando yo llegue la línea vivía sus últimos días (sin que lo supiéramos, claro). Funcionaba como cualquier editorial, proponías un proyecto y si le gustaba, lo publicaban. Incluso imprimieron papel para dibujar las páginas, al estilo de las editoriales americanas. Hubo un intento de seguir la colección con Pérez Navarro y Cels Piñol, y coloqué un par de proyectos pero la cosa no despegó y lamentablemente todo aquello se quedó en un cajón.

P.: Es curioso ver como formáis equipos de trabajo en la línea de los comic books americanos con las parcelas muy divididas.
Creo que es la única vez que he trabajado así, bueno, con colorista sí. No sé exactamente como surgió que Raúl entintara Manticore y Fanhunter. Iba a clase con nosotros, era muy buen amigo (¡Y lo es!), supongo que surgió de forma natural para producir más rápido. O a nuestro desconocimiento del mundo del cómic y pensar que era lo más normal del mundo. Otro factor importante es que es más divertido trabajar en grupo.

P.: Llama la atención que siendo dibujante también hayas optado por realizar guiones para otros autores. ¿Qué te lleva a tomar esta decisión?
Fue algo “accidental”, nada buscado. Yo entré en la Joso para aprender a dibujar pero me encontré con compañeros de clase a los que no se les ocurría que dibujar y comencé a escribirles cosas. De esa forma, poco a poco me encontré escribiendo para otros sin comerlo ni beberlo, incluso comencé a escribir para alguno de mis profesores. Cuando comencé a publicar, otros autores también me pidieron que les escribiera y así hasta hoy. Y a pesar de todo, sigo dibujando de vez en cuando.

P.: En paralelo a tu trabajo con Bachs colaboras con otros dibujantes como Albert Xiqués o Elías Sánchez en tebeos unitarios como “The Lobeznos Japan Tour” o “Fedor Stratocuster & Hallelujah Jones” ¿Cómo nacen las colaboraciones?
En este caso, todos los que mencionas eran compañeros de clase, todos mis proyectos siempre surgen por amistad con el dibujante, porque decidimos hacer algo o bien un dibujante se acerca y me pide una historia. Nunca he tenido que buscar a un dibujante, he tenido suerte, no tengo historias en un cajón buscando dueño. Si están en el cajón es porque por una cosa u otra el proyecto no ha cuajado y han ido a parar ahí. Pero como las pensé para un determinado dibujante, ahí se quedan. No reciclo historias, tal vez debería hacerlo.

P.: Colaboras desde tus comienzos con la revista Amaniaco, muy vinculada a la Escuela Joso. ¿Cómo comienza la colaboración?
No comencé a publicar en Amaniaco hasta que salí de Joso en el 96, conocí a dos miembros de la revista, J. A. Noé y Félix Sánchez en un viaje a Angouleme y enseguida me animaron a colaborar. Aunque ya conocía la revista desde hace mucho tiempo, antes de publicar mi primer fanzine en el 91, recuerdo comprar el número dos de Amaniaco en el Salón del Cómic. Luego en la Joso, en su tablón de anuncios, vi uno suyo buscando colaboradores pero me pareció que no tenía nivel así que nunca presenté nada. Nos cruzamos en varias ferias de fanzines pero no los conocí hasta ese viaje a Angouleme.

P.: La revista pasa por diversas etapas en las que estás presente de una u otra forma. ¿Cómo vives la historia de la revista?
Yo llegué justo antes de que diera el salto a imprenta y comenzará su segunda etapa. Yo siempre me involucro bastante en estas cosas y les animaba a que dieran el salto a revista, iba a las reuniones y daba ideas locas. Desde entonces siempre he participado, dando ideas y colaborando. En la última etapa, al principio escribí 6 o 7 series de la que solo ha sobrevivido Fargons.

P.: ¿Cuál es la relación que mantienes con la revista y te anima a continuar colaborando con ella hasta nuestros días?
Después de tanto tiempo, le tengo cierto cariño a la revista a pesar de que en los últimos números no he colaborado con historietas pero en breve espero traer nuevas series. Y luego está la amistad que me une con Jordi Coll y el resto de colaboradores. Siempre me han gustado las revistas, es un formato que me atrae mucho.

P.: De hecho colaboras muy asiduamente en gran número de cabeceras. ¿Cómo vives la falta de publicaciones de este tipo?
A mí es un formato que me encanta y con el que crecí. Siguen habiendo de una forma u otra pero ya no hay tantas como antes ni suponen esa oportunidad para muchos de comenzar con una historia corta. A muchos lanzarse con una historia larga se les hace grande y en cambio, hacer historias cortas, es una escuela excelente para aprender y coger seguridad. Por supuesto que ahora está Internet y no todo el mundo tiene estos “problemas” pero me gustaría que hubiera muchas más. En los quioscos o donde sea.

P.: Publicas en revistas como 2 veces breve o La Comictiva, revistas especializadas en el mundo de la viñeta, dos ejemplos de como han funcionado durante mucho tiempo las revistas, unidas al impulso de sus directores más que a una lógica de mercado. ¿Cómo es el trabajo de los editores en estas revistas?
Pues en los casos como los que mencionas creo que nacen de un amor por los cómics. Quizás al principio sí que hay una intención de crear algo que funcione, de ganar dinero y poder pagar de forma digna a los autores pero al final, muchas sobreviven por la cabezonería de sus editores ya que acaban dándoles más dolores de cabezas que satisfacciones. Claro que estas satisfacciones pueden llenar mucho.

P.: Colaboras en revistas del grupo El Jueves como Penthouse Comix. ¿Cómo es la experiencia?
Mi amigo Jordi Coll, editor de Amaniaco, llevaba unos años trabajando allí y cuando necesitaron a una persona para trabajar en la redacción, me lo comentó y yo me ofrecí. Una vez dentro, con el tiempo escribí algunas historias para la revista para Abel Carrasco y David Lafuente (y ahora no recuerdo sí para alguien más, hace tiempo de aquello). No era mi primera experiencia, ya escribí alguna para Wet Comix y luego para Eros Comix. En Penthouse pagaban bien y fue una forma de colaborar con amigos.

P.: Es curioso ver como revistas como El Jueves o Penthouse, revistas centradas en el humor o el erotismo no suelen ser tomadas en cuenta por el mundillo a pesar de ser una de las únicas formas sostenibles de hacer cómic en España. ¿Cuáles crees que pueden ser las causas de esta situación?
Bueno, el erotismo en papel imagino que ya está en peligro de extinción pero en su momento parecía una de las pocas formas de ganarse la vida junto al humor si trabajabas publicando en El Jueves o en prensa. Los motivos por los que las dos cosas no sean tomadas muy en cuenta pueden ser diferentes pero tal vez coinciden en que para muchos son productos de usar y tirar. También creo que la gente suele recordar más lo que le impacta, lo dramático que un chiste, aunque a mí me parece mucho más complicado hacer reír que llorar. Otro motivo puede ser que, salvo excepciones, los que producen este material son gente que vive alejada del mundillo, alguien más cercano a los trabajadores de agencia.

P.: La apuesta que realizas en El Climaco, participando en el consejo de redacción, realizando guiones… es muy fuerte. ¿Cómo vives la experiencia?
Fue una experiencia curiosa. El que tuvo que cargar con casi todo el peso de la revista fue José Miguel Álvarez que me pidió ayuda para crear series y buscar gente. Aunque fue estresante en algún momento por todo el trabajo (sobre todo para él), me quedo con lo bueno de la experiencia y de lo divertidas y productivas que eran nuestras reuniones de trabajo. Para la revista escribí un buen puñado de series e intenté que cada una tuviera un tono y tipo de humor diferente, al igual que hice en Amaniaco. Escribí guiones para Pere Mejan, Manuel M. Vidal, Xöul, Pol, Paco Cavero, Pedro J. Colombo e incluso también dibujé una serie. Repasando la completa ficha que escribió José A. Serrano en la Guía del Cómic, llegué a hacer más de 90 páginas en 8 números.
La verdad es que es fácil animarme a lanzarme a proyectos de estos, siempre me ha gustado involucrarme en la redacción de las revistas, en los entresijos de la industria, distribución, imprentas, etc…Siempre he sido muy curioso y me he interesado por todo lo que forma parte del mundillo mientras que otros autores, la mayoría, ya son felices haciendo sus páginas y despreocupándose del resto.

P.: La revista pretende recuperar el sitio del cómic en los kioscos, una forma de entender el medio unido a un público que ha ido desapegándose de él. Viendo tu trayectoria da la sensación que es una batalla que siempre te ha preocupado.
Los quioscos ya parecen un territorio perdido, sí pero creo que hay más alternativas y lo que, quizás, me preocupa más es que se creen nuevos lectores, cosa que desde algunas librerías, bibliotecas y algunas jornadas sé que se está trabajando para que sea así. Aun así, mi parte nostalgia y fetichista claro que echa de menos ver muchísimos más cómics en los quioscos (mi parte interesada como autor, también, claro) aunque sobreviven algunas publicaciones.

P.: Colaboras en muchas revistas dirigidas al público infantil: Mister K, Esquitx, El pequeño País. ¿Cómo es el trabajo para este público?
Me encanta hacer gags para este tipo de publicaciones y no suelo hacer muchas diferencias a la hora de escribir humor para adultos, me gusta que el humor en este tipo de publicaciones sea disfrutable por todos los públicos. Una de mis mejores experiencias escribiendo para niños fue cuando colaboraba en El Pequeño País, junto a Mateo Guerrero, escribiendo Cazadores de la Red. En una de las entregas hicimos un concurso donde los pequeños enviaban sus monstruos y nosotros teníamos que elegir uno y sacarlo en una de las historietas. Fue muy divertido ver todos sus trabajos, sus dibujos hechos con ilusión y elegir uno.

P.: Paulatinamente han ido cerrando los espacios dirigidos a los niños en los kioscos siendo ocupados por las franquicias televisivas. ¿Crees que es posible llegar de nuevo a conquistar el espacio perdido?
Creo que habría que enfocar más el asunto a nivel de educación, el meter más cómics en los colegios. No solo como una introducción a “lecturas mayores”, como algunos educadores piensan, sino que además de poder ser arte, puede ser un medio de entretenimiento o reflexión tan válido, como ver una película, leer prosa o poesía, ver una película, escuchar la radio o jugar con un videojuego. Y luego, ya se recuperarán los quioscos o donde sea. Lo importante es que se vendan y lean cómics, da igual donde se adquieran.

P.: ¿Cómo es desde dentro el funcionamiento de El Jueves?
Aprendí muchísimo sobre cómo funciona una editorial y como se lleva una revista. Estando ahí, no toque nunca la revista madre, El Jueves, salvo en alguna ocasión contada. Trabajé haciendo contenidos para la web y en la redacción de otras revistas de la casa como Estudiad Malditos, Penthouse o Penthouse Comics. Ahí dentro hice un poco de todo, escribir artículos, pasatiempos, horóscopos en plan coña, artículos, reportajes, traducciones, secciones varias como la de cine…al final, prácticamente llevábamos y escribíamos la revista entre dos (salvo algunas secciones). Además repasaba pruebas, hacía correcciones… El trabajo habitual en una editorial vamos. Cuando RBA tomo el mando, comenzó a haber recortes y a despedir gente y yo fui uno de los que acabaron prescindiendo.

P.: Han ido surgiendo y desapareciendo cabeceras en la línea de El Jueves como A Retranca. ¿Crees que quizás en un momento como el actual tendría más oportunidades una propuesta de este tipo?
Yo creo que el humor siempre está vigente pero es cierto que en momentos de mayor crisis y represión es cuando una revista combativa es más necesitada. El problema es que es muy caro y complicado sacar algo así desde el principio. Por eso Orgullo y Satisfacción es digital, es prácticamente una locura salir al mercado con algo de humor a no ser que te respalde una gran editorial. De todas formas, es posible que haya menos autores “combativos” que antes.

P.: Otro nombre muy importante en tu biografía es Pere Mejan ¿Cómo comienza vuestra relación?
Nos conocimos en la Joso en el 92 o el 93, por aquel entonces no hicimos nada juntos pero luego, al salir de allí, pensamos varios proyectos que al final no tiramos adelante. Al final, decidimos hacer algo, lo que fuera y luego ya veríamos donde colocarlo. Fue en el 98 si no recuerdo mal y el cómic fue La Revolución de los Pinceles.

P.: ¿Cómo nace la obra?
De las ganas de hacer algo juntos, nos lanzamos a hacer el cómic sin preocuparnos de donde saldría. Recuerdo un salón del cómic donde le dimos el empujón final y nos lanzamos a hacerlo.

P.: En el libro mezclas el género de capa y espada con una reivindicación del mundo de los tebeos. ¿Cómo casan ambos elementos?
No quisimos darle muchas vueltas y lanzarnos de una vez por todas con algo. Todo surge de pensar en que hoy en día prepararse en una escuela para hacer cómics es como estudiar esgrima, una profesión que no tiene mucho éxito, de otra época. Esto no es cierto pero sirvió de base para hacer un cómic con dibujantes espadachines. Pero fuimos improvisando y haciendo sin reflexionar mucho, surgió la revolución y el dibujante que ofende a un famoso editor (basado en hechos reales) y a introducir personajes y anécdotas del mundo del cómic. De hecho llegamos a sacar a muchos amigos como secundarios, muchos de ellos del foro Artbox donde vieron crecer el cómic desde la primera página. Se creó un feedback muy interesante y bonito que creo que hizo que muchos de ellos se sintieran participes de ese libro y para ellos fue un libro también especial.

P.: En esos momentos el foro Artbox era un punto de encuentro importante para todos los autores o aspirantes e hicieron suyo el libro. ¿Cómo vives esos momentos?
Fue divertido, como todos los foros (y otras redes sociales no ayudaron) al final la cosa se fue desinflando y bajó la participación pero fue muy interesante. Cuando yo llegué ya llevaba mucho tiempo en marcha y curiosamente Pere entró también más o menos al mismo tiempo y sin que lo habláramos entre nosotros. Allí conocí a mucha gente que siguen siendo muy buenos amigos y con las que sigo trabajando o hemos preparado proyectos.

P.: El éxito de la colaboración os lleva a plantear un proyecto para Francia: “Doctor Jekyll y Hyde”. ¿Qué os lleva a elegir un trabajo así?
Gracias a Munuera (al que conocimos precisamente en Artbox) y a Morvan surgió la oportunidad de hacer una adaptación para la colección que dirigía este último. No fue algo que buscáramos, surgió y estuvimos encantados. Íbamos a adaptar Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo pero al final acabamos haciendo Jekyll y Hyde con el gran Sanvi al color.

P.: Del libro existen todo tipo de versiones ¿Condiciona trabajar a partir de una obra tan reconocida por el público?
Es uno de esos libros que todo el mundo sabe de qué no se lo haya leído o visto ninguna adaptación, forma parte de la cultura popular y todo el mundo sabe cuál es el secreto del doctor Jekyll. Pero curiosamente, no he visto usar mucho a Utterson, amigo de Jekyll que es el verdadero protagonista del libro, el que investiga que le sucede a su viejo amigo. Hicimos una adaptación súper fiel (era una de las premisas de la colección), manteniendo el misterio en todo momento, si alguien ha vivido en una cueva toda su vida puede sorprenderse con el final.

P.: ¿Es tu primera incursión en el mercado francés? ¿Cómo vives la experiencia?
Tuvimos suerte y todo fue muy rápido, al ser una adaptación no hubo problemas por vender la historia. Hay pequeños detalles diferentes pero no hubo muchos problemas. Supimos que la colección iba a cerrar antes de acabar el segundo así que fue un poco rara la recta final.

P.: ¿Encuentras muchas diferencias en el modo de trabajo?
En el método de trabajo no hay muchas diferencias, sí tal vez a la hora de arrancar el proyecto, se mira todo con más detalle, la portada y algunos aspectos técnicos a la hora de entregar el material son diferentes.

P.: ¿Has pensado en nuevos proyectos para este mercado?
Sí, tengo en marcha dos proyectos, Addiction con Pedro J. Colombo y Aintzane Landa para Akileos y Au-delà de l´Aventure con Xöul para Delcourt. Además, Diábolo editará allí En Segundo Plano un cómic que he hecho para ellos con Pedro J. Colombo y Aintzane y Landa y que, también editaran en Francia. Diábolo también editó La Revolución de los Pinceles en Francia y junto a Pedro J. Colombo y Aintzane Landa publiqué Khaz con Styx.
Y también tengo otros proyectos en busca de dueño pero no me gusta hablar de cómics hasta que estén aprobados.

P.: ¿Cómo nace Khaz?
Me presentaron a Pedro porque le apetecía hacer una historia para el recopilatorio de Manticore. Comenzamos a hablar y enseguida congeniamos, casi sin darnos cuenta, surgieron posibles proyectos. Uno de ellos era Khaz, un tebeo a lo manga, sin limitación de número de páginas donde pudiéramos poner muchos personajes y desarrollar muchas tramas. Un tiempo después, un amigo de Pedro Bernard, miembro de la organización de un Festival de cómic en Andenne, Bélgica, donde Pedro había acudido como autor. le propuso a Pedro hacer algo para una editorial que iba a crear. Le presentamos Khaz y les gustó.

P.: El dibujo de Pedro J. Colombo y Aintzane Landa sigue el estilo de grandes autores como Moebius, íconos en el mercado francés. ¿Cuál ha sido la vida del álbum en este mercado?
Montar una nueva editorial es complicado y finalmente el álbum solo se vio en Bélgica y en el stand de La Grand Ourse en Angouleme.

P.: ¿Tendrá continuidad Khaz?
Apareció el primero de dos pero tras cerrar la editorial, es difícil que se publique el segundo. Khaz siempre está ahí y de vez en cuando buscamos la forma de recuperarlo y volverlo a publicar. Quien sabe, espero que un año de estos podamos hacerlo.

P.: ¿Veremos Khaz publicado en España?
Ha habido editoriales interesadas pero como la historia quedó a medias, la única solución sería acabar la historia y no creo que lo hagamos. Si volvemos con Khaz probablemente sea rehaciendo la historia. Aunque nunca se sabe.

P.: ¿Para cuando veremos Adicction?
Este año si todo va bien.

P.: De nuevo con Pere Mejan realizas “El Jirón negro”, dando una nueva vuelta al folletín y al género de capa y espada. ¿Cómo nace el Jirón?
Nace de una forma muy fluida, sin pensarlo mucho. Creo que estábamos hablando por chat y me dijo de hacer algo con un personaje así, me envió el dibujo y nos pusimos rápidamente a ello. La idea era producir algo rápido, un personaje del que pudiéramos hacer varias entregas y varios libros al año.

P.: Con “El Jirón” os planteáis realizar una serie continuada por entregas sin un fin definido pero parece que la realidad del mercado español hace que la aventura dure menos de lo deseado.
El segundo libro está escrito y medio dibujado pero lo paramos por varios motivos, Pere tuvo trabajo, la editorial quería que nos pusiéramos con otro tipo de producto… Yo creo que tarde o temprano volveremos a él, acabaremos el segundo tomo y haremos alguno más.

P.: En la serie juegas con arquetipos de todos conocidos a los que aplicar un giro de tuerca que hace que se nos rompan las convenciones habituales.
Ahí mezclamos un poco de todo, tenemos el folletín que mencionabas antes, un poco de super héroes, humor, aventura… y el espíritu de jugar y divertirnos, decidimos dividirlo todo en pequeños capítulos y en cada uno probar una cosa diferente. Nos divertimos muchos.

P.: El humor negro está muy presente en la obra.
Es inevitable, el humor siempre está presente en lo que hago de una forma u otra y además este personaje y este mundo lo pide a gritos. El protagonista tiene dos caras, una en la que da rienda suelta a todo su cinismo y mala ostia y otra en la que él es la víctima de ese humor y esa mala ostia.

P.: Con Mejan llevas años colaborando ¿Cómo ha cambiado el modo de trabajo a lo largo del tiempo?
No ha cambiado mucho. Quizás cada vez es más fácil porque nos conocemos mejor y además como tenemos varios proyectos e ideas locas en el aire ahí almacenadas, en cualquier momento puede surgir un libro. Aunque, ahora mismo, no estamos preparando nada juntos (más allá de las entregas de Fargons & Gorgons de vez en cuando) ya que Pere se ha volcado en el campo de la ilustración y está trabajando en un cómic sobre la experiencia que vivió en Palestina.

P.: De nuevo volvéis a coincidir en “Puntos de experiencia”, un cambio de registro en tu producción. ¿Cómo nace la obra?
Como decía antes, en nuestras charlas vamos dando ideas y algunas se quedan ahí enterradas hasta que un día reaparecen. Este es uno de esos casos ya que una idea que le comenté hace tiempo se quedó ahí en un cajón y un día me dijo, hagámosla e incluso ya había comenzado a diseñar personajes.

P.: En “Puntos de experiencia” reflejas la realidad de un divorciado que recupera las cosas que le hacían feliz antes de casarse como las partidas de rol con los amigos. Parece haber un reflejo generacional importante.
La obra es un canto a la amistad, el rol es un sitio común entre Pere y yo donde ambientarlo todo pero de lo que habla el libro principalmente es sobre amistad. Sobre esos amigos de verdad, a los que aunque lleves tiempo sin llamar, estarán ahí si los necesitas y no te echarán en casa (o al menos no mucho) que haga tiempo que no te ven el pelo.

P.: El libro refleja situaciones con las que muchos lectores se sentirán muy identificados.
Yo creo que sí, especialmente en la parte de amistad. La parte de rol gustará más a los que han jugado alguna vez en su vida pero creo que es disfrutable por todo el mundo y de hecho, he leído algunas críticas donde el que la escribía hacía hincapié en que nunca había jugado a rol pero había disfrutado del libro igual.

P.: ¿Cuál ha sido la respuesta del libro?
Parece que gustó y la portada sobretodo llamó mucho la atención, como recorrimos unas cuantas librerías de todo el país pudimos comprobar como a algunos se habían sentido identificado en las páginas y como lo habían comprado algunos que no suelen leer cómics ya pero este sí les había llamado la atención.

P.: Con Pere Mejan y otros autores vuelves a coincidir en “Fargons y Gorgons”, libro que recientemente ha editado Amaniaco y que contiene la recopilación de vuestras últimas colaboraciones en la revista. Una vez más el mundo de duendes y dragones cercano a “Dragones y Mazmorras” está muy presente en la obra. ¿Qué tiene el género fantástico y en especial los juegos para que te llamen tanto?
Llevamos haciendo Fargons desde que comenzamos La revolución de los Pinceles, puede que un poco antes, poco a poco hemos ido reuniendo las suficientes para hacer el libro, donde hay un par de inéditas y he escrito gags para algunos amigos que se han apuntado a la fiesta. En una de las historietas extras incluso cambiamos los papeles, Pere escribe y yo dibujo. En realidad Fargons no es muy rolero, tiene cosas por supuesto que a muchos jugadores les sonará pero son gags sobre tópicos de fantasía en general, buscando el lado cotidiano. Me gusta la fantasía, en realidad no es mi género favorito pero como ya he dicho antes me gusta escribir sobre todo. Me gusta escribir sobre rol porque es divertido y en este caso, como los dos somos roleros (yo ahora no juego porque no tengo tiempo pero Pere no)pues aprovechamos para hacer estos cómics.

P.: ¿En algún momento os habéis planteado realizar algo similar a “La Mazmorra”
Hubo un momento en el que nos planteamos con Pere y unos amigos hacer un cómic en conjunto a varias manos pero al final no hicimos nada. Con Jirón y con los personajes de Fargons se podrían hacer varias aventuras e ir creando un pequeño universo.

P.: Llama la atención el baile de editoriales que vemos en vuestras colaboraciones en común.
Una sola editorial no daría abasto a publicar todo lo que escribo y además no todo encaja en todas las editoriales. Cada editor tiene sus gustos. Con Pere ha ido surgiendo así, no ha sido nada premeditado.

P.: ¿Qué te aporta la colaboración con Pere Mejan?
Aporta mucha libertad, trabajamos con mucha confianza y conocemos bien nuestros gustos, es fácil escribir para él. Es divertido hacerlo y además, me gusta mucho como dibuja y el resultado final.

P.: ¿En qué nuevos proyectos estáis trabajando?
De momento no tenemos más proyecto que hace más historias cortas de Fargons para Amaniaco cuando Pere tenga un momento, ahora mismo, como te comentaba hace unas preguntas, está muy volcado en la ilustración

P.: Antes comentabas que las editoriales no son suficientes para abarcar tu producción. Tampoco los dibujantes.
Tengo mucha suerte y trabajo con muchos dibujantes, nunca me ha faltado nadie con el que hacer una historia y cada vez conozco a más gente que quiere trabajar conmigo. Es cierto que algunos proyectos se desarrollan más lentamente que otros y que algunos tardan años en ver la luz por circunstancias varias pero es algo a lo que ya estoy acostumbrado. Una de las cosas que mejor van en este negocio es tener paciencia, tanto para los guionistas como para los dibujantes.

P.: Con Pol realizas en 2009 Li, la sonrisa del mono. ¿Cómo nace el libro?
Fue cuando Planeta se lanzó (de nuevo) a hacer una línea de autores españoles, no recuerdo como comenzó exactamente, creo que Pol llegó con ese título y el diseño de la protagonista y a partir de ahí hice la historia y añadí un buen montón de personajes.

P.: Da la sensación que el final fue demasiado apresurado.
La idea era poder hacer más números de la serie, tenía ideas para más entregas pero lamentablemente se quedó en un solo número. Lo curioso es que llegó a salir en Italia, Planeta quería sacar esos libros en varios países pero no tengo ni idea de cómo funcionó allí, imagino que mal ya que nunca he recibido ningún tipo de feedback.

P.: Con Xöul realizas “Arquitectura para principiantes”. Da la sensación que muestran un gran cariño a las revistas que poblaban los kioscos en los años 80.
Arquitectura surgió de un proyecto en grupo con varios autores, yo iba a escribir las historias de todos y finalmente solo se acabó la historia de Xöul, una en la que dos arquitectos se enfrentaban a lo largo de toda su vida compitiendo para ver quien diseñaba el mejor edificio. Decidimos hacer más historias con la arquitectura de fondo y hacer un libro con libro de manual de asignatura de arquitectura. Fue muy divertido y pudimos hacer historias de todo tipo. Me gusta mucho el formato de historia corta y creo que para alguien que comienza es más llevadero enfrentarse a una historia de 8 páginas que a una larga. Hay guiños y referencias a todo tipo de cosas entre las que están, claro, las revistas que poblaban los kioskos en los años 80. También pudimos dar rienda suelta a un humor surrealista que también hemos llevado a cabo en Amaniaco y el Clímaco, con esos nombres largos y extraños.

P.: Resulta curioso ver como te adaptas a estilos tan diferentes de dibujo. ¿Hasta que punto intentan los dibujantes adaptarse también a tus guiones?
Eso deberías de preguntárselo a ellos. Supongo que en las primeras páginas juntos, los dos nos adaptamos al otro y buscamos puntos comunes pero tras unas cuantas páginas y en las siguientes obras todo es bastante fluido. A entendernos no solo contribuye el hacer páginas si no también el conocernos mejor, hablar de cosas variadas, conocer mejor los gustos del dibujante, que le gustaría dibujar, etc… Me cuesta trabajar con alguien que no conozco, no escribo guiones sin pensar en el dibujante que lo va a dibujar y como lo va a dibujar. Tal vez debería hacerlo y recuperar viejos guiones abandonados.

P.: Junto a Ximo Abadia realizas Bacon & Friends en un registro similar a Mutts. ¿Cómo nace la serie?
Con Ximo hacía tiempo que queríamos hacer alguna cosa juntos y mientras hablamos de preparar algo que le había escrito, surgió la posibilidad e idea de hacer un libro de humor sobre perros. Fue una sugerencia de Lorenzo, editor de Diábolo. A mí me encanta el humor y el formato tira así que no costó nada que me entusiasmara con la idea. Además pusimos a un bulldog francés de protagonista, una raza que me encanta (mi perro Krypto es una prueba de ello). Hay una gran influencia de Mutts porque los dos somos muy fans de la serie y de su autor.

P.: Las tiras van apareciendo en tu blog. ¿Cómo decidís recopilarlas en libro?
Según fuimos haciéndolas, las fuimos subiendo en un blog pero ya sabíamos que iba a ser un libro.

P.: ¿Te gustaría trabajar en una daily strip?
Claro que me gustaría, tanto algo de personaje como hacer humor de actualidad a diario, esto último es un desafío y un reto interesante, el estar cada día sacando punta a la actualidad. Ya lo he practicado antes pero con una cadencia semanal, en El Clímaco y para otros sitios como el suplemento de humor que editó el periódico catalán Ara durante unos meses.

P.: ¿Existían los perros y gatos antes de Internet?
Yo creo que sí, siempre ha estado ahí Snoopy, Rin Tin Tin, Gardfield, etc… Pero los vídeos de internet los ha catapultado a la mayor forma de perder el tiempo del mundo. De forma hipnótica, sin que sepamos muy bien por qué, consiguen que millones de personas enlacen unos vídeos tras otros.

P.: Desde los Conejitos Suicidas a los gatos de José Fonollosa parece que hay un hueco especial para lectores ajenos al medio del cómic para el mundo de las mascotas.
Sí, aunque da la sensación de que especialmente para los amantes de los gatos. Creo que cada vez hay más cómics “objeto” sobre temas como gatos o bebés que atraen a un público nuevo al ser un regalo perfecto. Y yo encantado de que esto sea así.

P.: Con “Adaptación” muestras a un autor encadenado a un único éxito que lastra toda su carrera. ¿Te basas en hechos reales para llevarlo a cabo?
No me basé en ningún hecho real aunque seguro que debe haber muchos casos parecidos, pero nadie que yo conozca. Todo surgió pensando algo que permitiera a Tomeu usar varios estilos de dibujo diferente y eso me dio la idea del cómic, un libro y los distintos puntos de vista que tienen los personajes sobre esa historia.

P.: El sueño de la adaptación de los cómics a otros medios parece haberse convertido en una obsesión que ha modificado las reglas del juego en algunos mercados. ¿Cómo ves estas aspiraciones?
Otro motivo para hacer una historia sobre una adaptación es que es un tema que me parece muy curioso. Me fascina como hay gente que compra una historia para modificarla tanto que apenas se parece al material original. Entiendo que se recorten escenas y personajes pero muchas veces además de cortar añaden aún más escenas y nuevos personajes. Hay motivos prácticos, supongo, para comprar libros y luego cambiarlos, el que, por ejemplo, sea más fácil vender a un productor un material que ya está hecho y ha funcionado.
Aquí creo que no ha habido esa obsesión por conseguir que adapten tus cómics pero si se ha visto en el mercado americano como algunos autores hacen series o historias pensadas claramente para ser vendidas para hacer películas. Me parece bien, una forma de ganar más dinero con tu trabajo. Lástima que eso me quede un poco lejos.

P.: A pesar de ser tu primer trabajo con Tomeu Pinya se ve una sintonía muy especial entre ambos. ¿Cómo vives el proceso?
Fue largo por diversos motivos pero estoy muy contento de cómo quedó. Hacía mucho tiempo que nos conocíamos y que habíamos hablado de hacer algo juntos. Eso me facilita mucho el escribir para alguien. Tomeu es un todoterreno al que espero que veamos pronto en más libros.

P.: Ya en Yes We camp mostrabas las inquietudes por la realidad de la calle. En tus siguientes trabajos está muy presente la realidad de nuestro país. Un país de corrupción y gente poco preparada copa “Consejo real. Paz e impuestos”. ¿Cómo creas la obra?
Con Roc estábamos buscando una idea para trabajar juntos y finalmente fue él quien pensó en hacer algo con ambientación medieval con intrigas, puñaladas y tejemanejes varios. A partir de ahí, lo desarrollamos, en Dibbuks gustó y ahí está el libro. Nuestra idea era la de crear una serie de historias autoconclusivas al estilo franco belga, que puedas coger cualquier libro y disfrutarlo sin necesidad de haber leído los anteriores números. Nos lo pasamos muy bien y disfrute con estos personajes que retratan al ser humano. A pesar de estar ambientado en un mundo medieval, podemos encontrar muchos paralelismos en lo que hacen los protagonistas y lo que hacen nuestros políticos. A pesar de ser muy político parece que la gente en general, la crítica y demás no lo vio así, probablemente por su ambientación.

P.: ¿Cómo es el trabajo con Roc Espinet?
Trabajar con Roc es un placer, es un artista todo terreno capaz de trabajar en animación, en ilustración o en cómic y además es alguien con el que me lo paso muy bien, así que fue muy divertido trabajar en este cómic.

P.: En “Consejo Real” no podemos dejar de recordar “El Rey Pitufo”
Algo habrá, Los Pitufos es uno de mis cómics preferidos. También habrá algo de la de El pitufo verde y el verde pitufo. Son historias tremendas que retratan bien al ser humano y su naturaleza pero que como están protagonizadas por esos bichos azules y pequeños probablemente pasen más desapercibidas. También hay algo de Iznogud y de Groo de Mark Evanier y Sergio Aragonés, cómics de humor que tienen crítica pero además ofrecen una aventura y diversión independientemente del mensaje que tienen de fondo.

P.: En “Independencia” das un paso más allá y te acercas al difícil tema del referéndum catalán.
Una vez más, Lorenzo de Diábolo pensó que sería una buena idea hacer un libro sobre el tema y estuvimos un tiempo dándole vueltas para encontrar la mejor forma para hacerlo. Queríamos algo que sacudiera a los dos lados que mostrara que no todo es blanco y negro y finalmente decidimos hacer el formato que usamos, el de historias cortas de humor. Con todo lo que ha salido después y mientras lo hacíamos podríamos haber hecho un tomo más gordo de Blanketts.

P.: ¿Cuál ha sido la reacción ante el tebeo?
No ha habido mucha política y nos encontramos con críticas muy buenas, de la gente a la que nos dirigíamos, que supieran reírse de todo y no fuera radical de ninguno de los “dos bandos”.

P.: ¿Pueden este tipo de iniciativas atraer a un público nuevo?
Como comentaba antes, no sé si con Independencia? conseguimos acercarnos a un público nuevo pero creo que está bien que hayan libros sobre temas que interesen a gente que no lea cómics como política o la paternidad. Luego hay que conseguir que quieran más pero está bien hacer libros que a lo mejor no interesan a muchos lectores de cómics pero si a lectores de novelas, ensayo o lo que es mejor, a gente que no lee nunca.

P.: En Bitcoin te atreves con un thriller. ¿Cómo nace la obra?
Nace del deseo de Alex Preukschat de juntar dos mundos que le apasionan, el de la economía y el cómic. Siempre había querido trabajar en uno y en un Angouleme conoció a los editores de Dibbuks. Un tiempo después les propuso hacer un cómic sobre bitcoin y buscaron a alguien para trabajar en el guión. Y me llamaron a mí. Yo no conocía la moneda y Alex me puso al día y me envió mucha información. La idea era hacer una historia sencilla que sirviera como introducción al mundo de Bitcoin. Les presenté varias propuestas y nos quedamos con un thriller con mafiosos y persecuciones.

P.: ¿Qué es Bitcoin?
Bitcoin es una moneda electrónica que no depende de ningún banco central. No es la única moneda que ha nacido como una forma alternativa al sistema financiero actual, hay otras. No soy el mayor experto en el tema pero es bastante curioso. Comenzando por su creación, de la mano de alguien cuya identidad real nadie conoce, Satoshi Nakamoto. En el cómic juego con esto para darle intriga a la historia.

P.: El libro se complementa con un extenso dossier en el que se aporta la información necesaria para entender los conceptos básicos. ¿Fue complicado el proceso de documentación?
Álex me pasó todo lo necesario y él se encargó de escribir los diálogos sobre el tema y de realizar el dossier. No tuve que buscar nada.

P.: Da la sensación de que debió ser difícil comprimir tantos conceptos en una trama de acción sin respiro.
La idea era de hacer una introducción sencilla. Introducir los conceptos básicos para que todo al que le interesara el tema luego pudiera ampliar la información en el dossier o ampliando información en otras fuentes. Para poder mostrar el mayor número de puntos de vista diferente, puse muchos personajes con distintos puntos de visto, la mayoría a favor y apoyando el bitcoin pero otros viéndolo como algo negativo o teniendo un concepto equivocado de lo que es en realidad.

P.: A pesar de que tu trabajo habitualmente se realiza en equipo cuesta encontrar colaboraciones con otros escritores. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Yo escribí todo el guión y Álex escribió los diálogos que hablaban sobre el tema Bitcoin y añadió otros a lo largo del cómic. También añadió y sugirió muchas referencias a personalidades del mundo Bitcoin.

P.: De nuevo el humor sirve para aligerar el tono de una historia de acción y entretenimiento que aspira a da la sensación de poder llegar a un público distinto al habitual del mundillo. ¿Crees que tu obra puede traspasar el cerrado nucleo del cómic para llegar a este público más generalista?
Definitivamente es un cómic que ha gustado mucho a gente del entorno bitcoin y de la economía. A los lectores de cómic habituales, probablemente no les haya interesado tanto. Creo que es un cómic que junto a su apéndice final donde se da un repaso a la historia de la moneda y a las personas importantes para su creación, es un libro ideal para gente que no lee cómic.

P.: Como en Independencia? Vuelves a trabajar con José Ángel Ares. ¿Cómo es vuestra experiencia en común?
Es muy fácil trabajar con José Ángel, nos entendemos bastante bien, desde que hablamos de hacer algo juntos han salido ideas para desarrollar varios proyectos. Y es muy trabajador, con un gran nivel de producción. Vamos, que ha sido un placer.

P.: ¿Volveremos a veros juntos en el futuro?
Cuando decidimos trabajar juntos en algo surgieron los dos encargos, Bitcoin e Independencia? y nos quedamos sin haber desarrollado todavía ninguno de los otros proyectos propios que hemos pensado así que por supuesto que haremos más cosas juntos. Además de esos dos cómics ya hemos vuelto a colaborar en dos historias cortas, una en Fargons & Gorgons y otra en Visiones del Fin, un recopilatorio de varios autores editado por Aleta.

P.: Con Javi Castro realizas “La última aventura”. ¿Cómo surge la colaboración?
Coincidimos hace tiempo en un encargo alimenticio que, finalmente, no salió, ni acabó siendo dibujado por Javi si no por Jorge Fornés. Desde entonces fuimos hablando y finalmente preparamos un proyecto que no vendimos a nadie. Estando en Dibbuks y hablando con Ricardo vi que, aunque no le gustara ese proyecto, quería trabajar con nosotros, así que le propuse hacer algo rollo cómic de aventuras clásico. Y así surgió La Última Aventura.

P.: En el libro nos acercamos una vez más a los aventureros aunque en este caso tiene un aire crepuscular.
No me entusiasma explicar los orígenes de los personajes. Me gusta escribir sobre gente con pasado que se puede ir viendo o intuir según transcurre la historia. En este caso, la idea era la hacer un cómic protagonizado por viejas glorias de la aventura, reunidas por su mayor fan.

P.: Da la sensación que retomas los ambientes de Manticore con un cierto descreimiento.
Tiene algo del entorno de Manticore, de la esencia de la aventura, allí también vemos aventureros que ya han vivido lo suyo. Me gusta esa estética pulp aventurera y en este cómic hay mucho de ello.

P.: En nuestra época, ¿sigue habiendo lugar para aventureros?
Parece que todo el mundo está ya explorado, que no quedan rincones vírgenes que puedan ser descubiertos por aventureros. Aunque hay gente como Frank de la jungla hoy en día hay otro tipo de aventureros, los que sobreviven día a día en un mundo como este. Y bueno, tenemos todo un universo por explorar en el que vivir aventuras, claro.

P.: En tu obra la figura de Indiana Jones está muy presente.
Es una referencia, una película que me gusta mucho. No hay ningún homenaje directo, ninguno de los personajes es un Indiana Jones, pero su sombra y su espíritu revolotean por el tebeo, especialmente el principio de la primera película y gran parte de la segunda, por todo el tema jungla y demás. El tema nazi en este caso no lo tocamos aunque da (y ha dado) juego para muchos tebeos de aventuras.

P.: A pesar de ser un tomo autoconclusivo da la sensación de que los personajes tienen un intenso background. ¿Volverás a contar la historia de los personajes en el futuro?
Nos han preguntado bastante si habría una segunda parte y no lo habíamos pensado en ningún momento porque la historia, como bien comentas es muy autoconclusiva (aunque si hay ofertas millonarias se hace segunda, tercera, cuarta parte y las que hagan falta.
Aunque no haya La Última Aventura 2, pronto veremos a uno de sus personajes en otro parte.

P.: ¿Qué es Krpkruett?
Krpkruett es un extraordinario y maravilloso del este de Europa, cuna de la moderna civilización, patria de los más grandes inventores, exploradores, escritores y otras profesiones relevantes. Lamentablemente no es reconocida como se merece, probablemente por el complot de una malvada coalición de países rivales, celosos de sus maravillas.

P.: ¿Cómo nace la obra?
Nace de la necesidad de reparar esta injusticia. La embajada de Krpkruett contrató con Dibbuks para pedirle/rogarle/suplicarle para que la editaran en España y contribuyeran a dar a conocer Krpkruett al mundo.

P.: En el libro juegas con lo real y lo inventado creando un lugar ficticio y un autor desconocido.
Será mejor que no digas por ahí esas cosas o puedes recibir cualquier día la visita de algunos Krpkuettienses dispuestos a demostrar que su país existe.

P.: Trabajas con Jorfe. Cómo tú mismo, te rodeas de ilustradores de gran versatilidad que saben adaptarse a diferentes estilos y de formas de entender el cómic.
Es cosa de los dos, en realidad creo que aunque muchos de ellos sean capaces de adaptarse, claro, soy yo el que se adapta a cada uno de los dibujantes con los que trabajo. Intento hacer algo que en muchos casos pudieran escribir ellos si escribieran. Algo que disfruten dibujando. Busco siempre ese punto común que tengamos los dos para escribir algo. Tanto Jorfe como yo creo que tenemos un humor muy krpkruettiense y está escrito muy a nuestra medida, sin saber si alguien más disfrutará de las peripecias krpkruettianas.

P.: En este caso nos acercamos más que nunca al libro infantil/juvenil. ¿En algún momento te has planteado tantear este mundo?
Publiqué un libro junto a Pol, adaptando la leyenda de Soler de Vilardell. Junto a Álex López hice dos libros, La Loca Historia de la Prehistoria y La Loca Historia de la Antigua Roma destinada a que los más pequeños de la casa se adentren en el fascinante mundo de la historia. Tengo algún proyecto por ahí que no ha salido. Me gustaría tantearlo más y escribir más cosas, es un mundo que me gusta mucho y teniendo un niño en casa apetece además escribir cosas para que él pueda disfrutarlas.

P.: Con David García Vivancos realizas un precioso libro sobre series de televisión. ¿Cómo nace el proyecto?
Nace porque nos conocíamos desde hace tiempo, por el foro Artbox, como no, y teníamos ganas de hacer algo juntos. Como él se ha concentrado sobre todo en las caricaturas, pensamos en hacer algo que combinara su trabajo con textos. Le comentamos a Lorenzo, el editor de Diábolo, si le apetecería editar algo y él nos sugirió hacer algo sobre series. Fue todo muy rápido y fluido.

P.: ¿Cómo os coordináis?.
Fue muy sencillo, entre los tres decidimos las series a tratar. David eligió a los personajes más caricaturizables y yo escribí un texto introductorio sobre cada serie y una descripción de cada uno de los personajes y una pequeña bio de los actores diciendo donde los hemos visto antes.

P.: ¿Cómo realizas la selección de las series?
Lo hicimos entre los tres, buscamos un equilibrio entre las que más nos gustaban y las que son muy comerciales pensando en que el libro pudiera gustar a mucha gente.

P.: Diábolo compagina trabajos de cómic con libros dedicados a la cultura popular. ¿En algún momento has pensado realizar algún libro centrado en el mundo del cómic?
Cuando hubo el furor por los libros teóricos (que parece haber vuelto) me llegué a plantear escribir algún libro sobre algún autor como Goscinny o similar. Pero ya hay libros y hay mucha gente más capacitada y que escriben mil veces mejor. Lo que si llevo un tiempo planteándome es escribir un libro sobre cómo escribir un guión, probablemente con toques de humor.

P.: ¿Parece que las series de televisión están cubriendo un hueco que antes tenía el cine. ¿En algún momento te ha llamado conocer desde dentro este mundillo?
Me gustaría. Me gusta escribir historias y no me importa el formato aunque sé que es un mundo completamente diferente en muchas aspectos como el control de lo que escribes. Es un trabajo menos solitario donde intervienen muchas más manos y hay muchísimos más aspectos que acaban afectando al guión.

P.: ¿Cuál crees que sería tu obra ideal para trasladar a la pequeña pantalla?
Sería muy curioso que adaptaran Adaptación, claro.

P.: De nuevo con Pedro J. Colombo realizas “En Segundo Plano”. ¿Qué nos encontraremos en esta nueva obra?
Una historia sobre un tipo al que solo le gusta hacer fotos y un día ve a una chica que le gusta en el fondo de una de sus fotos. En el cómic veremos todo lo que llega a hacer para conocerla. Además veremos su afición a inventarse historias sobre las fotos que hace.

P.: La necesidad de inventar historias está muy presente en la obra.
Es algo que nos pasa a todos supongo, la curiosidad que nos despiertan ciertas situaciones y personajes con las que nos encontramos días. Si además capturas esos momentos y personas con una fotografía, tienes todo el tiempo del mundo para darle vueltas a lo que sucede en esa foto.
Por otra parte, supongo que será algo en común de todos los que escribimos, me gusta reflexionar y dar vueltas al proceso de escribir, me gusta hacer personajes que escriban (como Teo en adaptación por ejemplo o el personaje de Jack de Manticore).

P.: En segundo plano es una comedia romántica de encuentros y desencuentros, un género en el que no te prodigas demasiado.
No mucho, la verdad. Este no surgió como una comedia romántica, se fue desarrollando poco a poco de forma natural, fue fluyendo hacia ese tipo de historias. En realidad era un cómic sobre un tipo peculiar al que solo le gusta hacer fotos e imaginarse historias.

P.: Frente a anteriores colaboraciones con Colombo da la sensación que existe una sensación de juego en la obra, de divertimento que hace que la obra fluya con sencillez.
Es una obra a la que le hemos cogido mucho cariño, como a todas claro, pero esta tiene algo especial. Hemos podido jugar con muchas cosas, desde la forma de narrar, a colorear, a narrar con el color… Hemos disfrutado mucho haciéndolo y poniendo muchos guiños a amigos y a cosas que nos gustan.

P.: Bilbao se convierte en coprotagonista de la historia.
Pedro es un gran dibujante de escenarios y como vive allí, entre él y Aintzane le han dado un gran protagonismo a la ciudad. Creo que han sabido retratar sus calles o al menos eso nos dicen nuestros amigos de allí. Es una ciudad a la que le tengo mucho cariño aunque he estado mucho menos de lo que me gustaría. Tengo grandes amigos allí.

P.: El futbol cobra un especial protagonismo. Resulta curiosa la difícil relación entre este deporte y el cómic.
A los dos nos gusta mucho el fútbol y al igual que no nos planteamos que fuera una comedia romántica, no nos planteamos darle un gran protagonismo al fútbol. De hecho, yo creo que tiene poco, es solo un momento puntual, una pequeña escena. Aunque quizás si destaca porque hay unos cuantos guiños y como dices, es raro ver hoy en día el fútbol aparecer en páginas de cómic y mucho menos a equipos como el Athletic o la Real

P.: En paralelo a tu trabajo de guionista realizas una serie de youtube en la que muestras con humor e ingenio las vicisitudes de la profesión. ¿Cómo comienzas a realizarla?
Me gusta mucho hacer el tonto y probar cosas nuevas. Hacía tiempo que pensaba en que se podía hacer un reality sobre la apasionante vida de un guionista, sentado durante horas en una silla. Con el tiempo descubrí el mundo de los youtubers y me hizo mucha gracia. Guionista nace de las ganas de reírse un poco de todo y pasar un buen rato. Grabar un episodio entre guión y guión es algo que me relaja y hace que me divierta mucho. Si además hace gracia a alguien pues mejor que mejor.

P.: Después de tantos años. ¿Cómo ha cambiado la profesión de guionista en este tiempo?
En lo que a mí respecta, poco, siguen invitando a pocos guionistas a los salones jajaja. En Estados Unidos sí he observado que están adquiriendo un mayor protagonismo, trabajando codo a codo con los editores haciendo casi todo el trabajo de creación sin dejar participar al dibujante. Lo que si es cierto es que parece que en todo lo que no sean mercados con tirón como Estados Unidos o Francia, los autores suelen ser completos, escribiendo y dibujando. No sé si porque creen que no necesitan guionista o “por lo que pagan ya me lo hago yo”.

P.: ¿Existe una mejor consideración del guionista?
Hay de todo, hay gente que considera mejor en general al cómic, otros que no, pero no creo que se considere mejor que antes a los guionistas. Y pasa mejor con los dibujantes. Se considera igual que siempre, creo. Siempre hay autores estrella, claro, pero son excepciones.

P.: A pesar de que todo lector de cómic es un dibujante en potencia, es mucho más complicado encontrar guionistas en nuestro mercado. ¿Es un camino difícil?
Como ya he comentado antes, yo nunca he tenido problemas para publicar pero entiendo que para algunos es difícil publicar porque cuesta encontrar a un dibujante para tus historietas. Y porque es más complicado demostrar que puedes escribir buenos cómics mientras que con un dibujante se puede ver rápido, casi de un vistazo si es bueno o no.

P.: ¿Tu intensa producción te permite realizar con un cierto desahogo tus proyectos?
Si te refieres a si tengo libertad y me dejan hacer lo que quiera, como conozco a varios editores, hay confianza para poder presentar cosas pero al igual que escribo a medida de los dibujantes intento preparar proyectos a medida de cada editor. Salvo excepciones, esas historias que te apetece hacer aunque creas que no encajan en ninguna parte y luego peleas para encontrarles un hogar.

P.: En tus más de 20 años de experiencia has visto caer pequeñas editoriales y nacer novelas gráficas, el auge de los autores españoles en otros mercados y mil situaciones nuevas. ¿Cuál crees que ha sido el fenómeno más significativo del medio en todo este tiempo?
En cada país han surgido sus cosas, formatos, modas, autores y formas de hacer cómic que han impactado pero probablemente lo que ha cambiado más el medio, desde la posibilidad de publicar webcómics sin necesidad de buscar editor, el poder dirigirte directamente a tus lectores es algo bastante significativo. Luego ha facilitado el contacto entre autores, entre autores y editores, entre lectores… Es difícil responder a esta pregunta pero yo diría que internet.

P.: ¿Proyectos?
De los proyectos que no están firmados no me gusta hablar demasiado, en parte por el tradicional “que no se gafe” y en parte porque cuando comienzas, te salen diez proyectos cada mes, de los cuales al final sale uno o ninguno pero tú se los has comentado a todos tus amigos y familiares. Cuando te preguntan una y otra vez por proyectos que nunca salieron, optas por comentar solo lo que seguro que va a salir, aunque eso haga que algún lector se despiste y no sabía que prepararas eso. Mi proyecto es seguir contando historias en un medio o en otro y disfrutar con lo que me gusta.

P.: ¿Cómo te ves en el futuro?
Como ahora, escribiendo y haciendo todo lo que me pase por la cabeza. Tengo muchas historias pendientes que escribir y mucha gente con la que colaborar como para pensar en parar y dedicarme a otra cosa.