El Instituto Cervantes de Viena presenta ‘El viaje sin retorno del Engelen’

Países Bajos-Santander : ‘El viaje sin retorno del Engelen’, Jueves, 5 de octubre, 19.00 h., Instituto Cervantes de Viena, Palais Wiener Welten, Schwarzenbergpl, Austria

El Egelen se trata del barco que trasladó hasta España a Carlos, el heredero de la corona de Castilla

Tras la muerte de Fernando el Católico (1516), el reino resultante de la unificación de las Coronas de Castilla León y Aragón espera un heredero para ocupar el trono.

El regente Cardenal Cisneros –su principal valedor en España– reclama con urgencia la presencia del primogénito de Juana I de Castilla y Felipe El Hermoso para que tome posesión de sus reinos.

Carlos, entonces Duque de Braganza y Archiduque de Austria, con tan solo 17 años debía presentarse en España lo antes posible para reclamar su derecho a la herencia de su abuelo.

Los nobles castellanos estaban más dispuestos a coronar a su hermano menor Fernando.

Carlos sabía que coronarse Rey de España le abriría la posibilidad (también financieramente) de ser nombrado posteriormente emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Sin muchos recursos en ese momento, recurre a su cuñado el Rey Christian II de Dinamarca, casado con su hermana, la Infanta Isabel de Austria, que le presta de su imponente flota, una comitiva de 40 barcos para que emprenda ese viaje a España.

El barco real cedido fue el Engelen —que contaba con un gemelo, el María—, que contaba con 35 metros de eslora, 13 de manga, tres puentes y cuatro palos, por lo que arrastraba un total de 1500 toneladas. Un barco decorado para la ocasión, pues fue elegido para el traslado de un futuro rey, y que había sido fuertemente artillado. La joya de la armada danesa un galeón de dimensiones desconocidas en el norte de Europa  botado en 1510 en los astilleros de Bremerholm (Copenhague).

El viaje se retrasó casi un año.

Finalmente, el 7 de septiembre de 1517, acompañado de su hermana la infanta Leonor, embarca en Flesinga (Países Bajos) y zarpa al alba del día siguiente rumbo a Santander.

Después de hacer frente a una gran tormenta arriba a costas asturianas, concretamente a Tazones, en la desembocadura de la ría de Villaviciosa, el 19 de septiembre de 1517.

Mientras Carlos se traslada a Tordesillas para ver a su madre, y continúa viaje a Valladolid (allí recibiría al navegante Fernando de Magallanes, con quien acordaría la expedición a las Molucas –islas de las especias-), sus planes son los de utilizar el galeón para enviar a su hermano Fernando hacia los Países Bajos.

Por ello, siguiendo sus instrucciones, el Engelen se mantiene a la espera y es mientras tanto trasladado al puerto de Pasajes para ser reparado y calafateado para estar preparado para ese servicio.

El Engelen sin embargo no saldrá nunca de allí. El 4 de mayo de 1518 se incendia y se hunde en la bocana del puerto de Pasajes, donde continúa.

¿Qué ocurrió verdaderamente?

¿Fue un accidente o una conspiración?

¿Fue un hundimiento premeditado? La duda se mantiene…

Carlos, que no quería que se perdiera el regalo del rey de Dinamarca, exigió entonces que se rescataran la artillería y el casco, pero las ciudades de Fuenterrabía, Rentería y Oyarzun se negaron a sufragar el rescate.

Finalmente, se rescataron 119 piezas —no todas— gracias a una serie de trabajos sufragados por la Corona, aunque todavía quedan restos en el fondo del mar. Por ejemplo, en 1937 apareció una bombarda durante la recuperación de un vapor hundido en el puerto de Pajares para bloquearlo ante la llegada del ejército franquista.

El traslado de Carlos de Habsburgo lo puedes encontrar en el libro El primer viaje de Carlos de Habsburgo y el hundimiento del “Engelen”, escrito también por Francisco Javier López Martín