El buzoneo electoral es un gasto absurdo que pagamos todos

Elecciones tras elecciones vivimos la avalancha de propaganda electoral en papel durante 15 días en nuestros buzones. La partidocracia española nos impone un absurdo buzoneo electoral

Parece que los partidos políticos no asumen que estamos en el siglo XXI y estas técnicas del siglo XX tan solo sirven para llenar papeleras y contribuir, por un lado, en el gasto en papel y tinta y, por otro lado, aumentar la basura.

Por mas que indiques que no quieres recibir propaganda electoral en tu buzón de correo los repartidores te inundan con papel todos los días de forma indiscriminada para presentarte, una y otra vez, las mismas cansinas propuestas que van copiando unos de otros.

Afortunadamente desapareció el empapelado de ciudades que sufríamos en el siglo XX. He de confesar que por los años 70 del siglo pasado yo mismo participé en aquellas pegadas y repegadas de carteles. Todos los partidos se dedicaban, por las noches, a pasear las ciudades con carteles de los candidatos y un cubo con cola empapelando cualquier sitio. Se daba el caso que tras haber empapelado una fachada, a las 2 horas volvías a pasar por el lugar y te habían tapado los carteles con otro candidato. Así las cosas, volvías a empapelar encima… asi hasta que se formaban densos empapelados con 10 o 20 carteles superpuestos que acababan desprendiéndose de las paredes y cayendo a la calle.

En aquellas noches de finales de los 70 no era extraño que hubiera trifulcas entre los militantes de uno y otro partido, especialmente entre los partidos fascistas, herederos del franquismo como Frente Nacional, Fuerza Nueva o Falange, en los que militaban muchos de los candidatos actuales de VOX y los partidos democráticos.

Ni que decir tiene que las ciudades acababan hechas unos zorros y los servicios de limpieza tenían trabajo extra tras las elecciones.

Con el decursar de los años la cordura se fue imponiendo y se obligaba a los partidos a retirar los carteles. Luego llegó la fijación de espacios concretos para cada partido pero siempre los partidos fascistas lo incumplían y pegaban sobre los carteles de los candidatos de izquierdas… y viceversa.

La inversión en papel era impresionantes. Las imprentas y rotativas hacían el agosto aunque las elecciones fueran en invierno.

Aparte de la suciedad también la contaminación acústica, en la calle, era diaria pues durante la campaña coches, camionetas y autobuses recorrían España con megáfonos a máximo volumen… que tiempos.

Eran los tiempos de los MITIN FIESTA donde antes del mitin político actuaban grupos musicales. Prácticamente todos los grupos tenian trabajo a lo largo de España en estos MITIN FIESTA.

Reconzco que es una pena que etos eventos se acabaran. Recuerdo conciertos memorables de Miguel Rios o Acción Rock Band en Extremadura… cantautores, folclore, pop… todo tipo de música sonaba en aquellos conciertos gratuitos… ni que decir tiene que cuando el concierto acababa la mayoría del personal desaparecía y solo quedaban los fieles militantes. Así las cosas se cambió el orden y primero aparecían los candidatos y luego se ofrecía el concierto.

Juan Carlos Rodriguez Ibarra era un maestro. Recuerdo que cuando salía tras un grupo musical la gente lo recibía con tremenda pitada. Y el no se inmutaba y comenzaba a aplaudir a la gente que le silbaba mientras se acercaba al micrófono y gritaba enfervorizado diciendo algo asi como «Ya era hora de que Extremadura silbe y proteste, yo  protesto y me revelo por esta tierra humillada por políticos y señoritos…» ni que decir tiene que los silbidos se convertían en aplausos mayoritarios…. que tiempos aquellos en que comenzamos a vivir en España una utopía con triste final. La democracia incipiente acabó en una partidocracia que hoy persiste.

Esperemos que un día, los partidos, dejen de invadir nuestros buzones y respeten nuestras intimidad.

Hay suficientes  medios de comunicación tradicional, digitales y redes sociales, para exponer sus propuestas sin necesidad de contaminar nuestros hogares con sobres, papeletas, dípticos y papel, papel y mas papel tintado que acaba en la papelera.

Debería sancionarse a los partidos que lo hicieran, permitiendo solo enviar las papeletas electorales. Sería un primer paso. Claro que las imprentas no estarian de acuerdo.

Antonio Mora Ayora