
EN ELMUNDO: El número de víctimas mortales causado por el atentado asciende ya a 358, además hay 228 heridos y otras 56 personas permanecen desaparecidas, confirmó este fin de semana el Ministerio de Información. Los 122 heridos más graves fueron trasladados a Turquía, Kenia y Sudán para recibir tratamiento médico.
La primera explosión se produjo junto al hotel Safari, situado en la conocida como intersección K5, una de las zonas más populares de la capital y sede de oficinas gubernamentales, hoteles y restaurantes. El segundo ataque, con idéntico «modus operandi», se llevó al cabo al lado de un concurrido mercado situado junto a la antigua sede de la aerolínea nacional Somalia Airlines en el distrito de Wadajir.
Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y sus distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido a Al Shabab recuperar su capacidad de atentar a gran escala. La organización terrorista, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia
EN ABC: El terrorista responsable del asesinato de más de 300 personas en Mogadiscio, Somalia, podría haber estado motivado por la sed de venganza después de que un ataque organizado por Estados Unidos matase a varios vecinos de su pueblo natal. Se trata de uno de los ataques terroristas más letales de los últimos cien años. Pero ahora los investigadores somalíes creen que pudo haber sido la idea de un solo hombre.
Según fuentes oficiales, el conductor del camión cargado de explosivos era unexsoldado somalí que podría haber decidido vengarse después de que, el pasado verano, su hogar en el sur del país fue atacado por tropas gubernamentales y fuerzas especiales de Estados Unidos.
El ataque mató al menos a diez civiles, entre ellos tres niños. Los políticos locales protestaron por la crueldad del asalto. «Estos granjeros locales fueron atacados por tropas extranjeras mientras cuidaban sus campos», dijo el vicegobernador regional, Ali Nur Mohamed, a periodistas locales. «Los soldados podían haberlos arrestado porque estaban desarmados, pero les dispararon uno por uno sin piedad».
Los líderes tribales prometieron venganza contra al Gobierno somalí y sus aliados. Dos meses después, el terrorista de Mogadiscio cargó un camión con varios cientos de kilogramos de explosivos y lo llevó hasta el centro de la capital. Se cree que el objetivo era el Ministerio de Exteriores de Somalia, pero el vehículo fue detenido por el camino, en un puesto de control policial. Los oficiales estaban a punto de inspeccionar el vehículo cuando el conductor aceleró, se estrelló contra una barrera e hizo explotar el camión.
La magnitud de la explosión derribó varios edificios e hizo saltar en llamas a otro camión que transportaba gasolina en la cercanía, creando una enorme bola de fuego. El Gobierno culpó al grupo terrorista Al Shabab, que lleva más de diez años en activo y se afilió a Al Qaida en 2011. La organización aún no ha admitido su responsabilidad en el ataque.
Se estima que el grupo islamista tiene entre 7.000 y 9.000 milicianos en Somalia. Su objetivo es hacerse con el poder e imponer su propia interpretación de la ley islámica, que incluye estrictas reglas sobre vestimenta, graves obligaciones para las mujeres y el uso de mutilaciones públicas como castigo.
Desde la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU., el Ejército estadounidense ha intensificado su presencia en Somalia, usando drones para apoyar los esfuerzos del Ejército somalí y las 22.0000 tropas de la Unión Africana. Tras el anuncio del nuevo acuerdo de colaboración entre EE.UU. y Somalia, Al-Shabab prometió aumentar sus ataques.
La relación entre el conductor del camión bomba y el grupo terrorista aún no está clara. Pero los analistas sostienen que hay pocas dudas de que el grupo extremista estuvo involucrado en la masacre. «Ningún otro grupo en Somalia tiene la capacidad de armar una bomba de este tamaño», dijo Matt Bryden, un experto en seguridad en el Cuerno de África. Según observadores en la región, es probable que Al-Shabab esté evitando asumir la responsabilidad del ataque porque no quiere ser culpado por la muerte de cientos civiles.
Nuevas adhesiones
La posibilidad de que el ataque estuviese motivado por una vendetta personal ha reabierto el debate sobre la efectividad de la lucha contra el terrorismo. Expertos temen que el uso indiscriminado de fuerza militar esté ayudando a grupos como Al Shabab a reclutar nuevos miembros.
Según un reciente estudio de Naciones Unidas, en «la mayoría de los casos, la acción estatal parece ser el factor principal que empuja a las personas al extremismo violento en África». Esto significa que muchos jóvenes se unen a Al Shabab, no por afinidad ideológica, sino para vengar la muerte o el arresto de un ser querido.
Víctimas mortales
Mientras los investigadores continúan intentando esclarecer las motivaciones del conductor, también se van conociendo más detalles sobre las víctimas del ataque. La lista de víctimas mortales sigue creciendo e incluye funcionarios, estudiantes, activistas, vendedores callejeros, niños y varios voluntarios que corrieron ha ayudar.